Pese a apretarse el cinturón y blandir un guión de austeridad, el Ayuntamiento de Sevilla y el conjunto de sus empresas municipales siguen gastando más de lo que ingresan. El interventor municipal lo pone de relieve en un informe en el que indica que el desfase presupuestario al cierre de las cuentas presupuestarias del año 2012 fue de 13,7 millones. Un déficit francamente inferior al que se reflejó un año atrás, que arrojó un balance negativo de 99 millones, pero que sigue siendo un problema para el interventor, que ha solicitado la puesta en marcha, antes del 31 de octubre, de un plan económico-financiero que permita cuadrar las cuentas en un año y que, además, debería ser tutelado por la Junta de Andalucía y notificado al Ministerio de Hacienda. La exigencia de un plan de saneamiento de las cuentas tiene sus interpretaciones. Para la Delegación de Hacienda no es necesario ponerlo en marcha al considerar que el déficit se ha generado por causas excepcionales que no se repetirán en el futuro, aunque entienden que el interventor está obligado por ley a solicitarlo. Además, tildan de casi milagrosa la evolución del déficit municipal (de 99 a 13 millones). Del otro lado, el PSOE ve que el mensaje, tantas veces pregonado por el Gobierno de cuentas saneadas, se diluye con unos números que acabaron en rojo. Y, además, puntualizan que esta vez el interventor no sólo recomienda, sino que advierte de la necesidad de poner en marcha el citado plan económico-financiero. Las cuentas dan para interpretaciones, aunque lo que cuenta es la valoración del interventor. Este no oculta que se han adoptado medidas de corrección del déficit que han conseguido reducir el volumen de desequilibrio generado en el anterior ejercicio, aunque también aclara que no ha sido suficiente para contrarrestar esta situación y, por tanto, reclama el plan económico-financiero. Además, enfoca la raíz del problema en el bajo nivel de autofinanciación de entes dependientes con capacidad de captar recursos exteriores. Esto es, que las sociedades públicas no se mantienen por si mismas. Un ejemplo claro es la Gerencia de Urbanismo, antaño motor de la economía municipal gracias al boom inmobiliario y de la construcción y que ahora tiene necesidad de financiación de 39 millones sin contar las transferencias internas, que lo reducirían a 20 millones. Lipasam y Tussam, por su parte, sólo cuadran la balanza ingresos-gastos gracias a las inyecciones del Ayuntamiento. Sin esas aportaciones, arrastrarían un desequilibrio de 91,6 y 52,7 millones cada uno. El informe detecta los mismos males que lleva sufriendo el Consistorio en los últimos años. Pese a las subidas de tasas y precios públicos, siguen persistiendo las dificultades para un incremento de ingresos a corto plazo. La receta para salir de ese escollo, por parte del interventor, es la misma que hace un año: la reducción de su necesidad de gastos no financieros mediante la adecuada distribución de recursos disponibles. El informe expone, además, reparos a una transferencia de tres millones de Lipasam a Tussam. Pone en duda la legalidad, en parte por no contar de informes jurídicos y financieros que la hagan viable. Es más, considera la operación innecesaria, ya que habría bastado una reorganización de trasferencias entre entes por parte del Consistorio hispalense. El Gobierno local no dudó en avalar tales cuentas y culpar del desfase al anterior gobierno. Así, aluden como causas los 5,3 millones de saldo negativo del Patronato del Alcázar, sujeto a un plan de equilibrio financiero del mandato anterior; así como la situación de disolución de Giralda TV (-2,9 millones) y Sevilla Global (-2,6 millones), cuya situación económica creen heredada. Además, defienden como positivo que la capacidad de financiación del Consistorio, sin contar sus entes, sea de 40 millones de euros. Mientras, el portavoz adjunto del Grupo municipal Socialista, Antonio Muñoz, recriminó al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, que pese al plan de ajuste y los recortes realizados el Ayuntamiento siga sin cumplir las necesidad de estabilidad presupuestaria que le exige la Unión Europea y el Gobierno central. Más allá del volumen del déficit, esto pone de relieve la falta de transparencia de las cuentas municipales, señaló Muñoz, recordando los constantes mensajes de tener las cuentas saneadas. Es una bofetada a la maravillosa gestión que pregonan, reiteró.
