Cultura

El Ayuntamiento dejará de invertir 587.000 euros en la Sinfónica y el Maestranza en 2011

Este 2010, pese a los recortes, ha invertido casi 4,3 millones. En 2011 su aportación será de 3.685.000.

el 22 dic 2010 / 21:39 h.

Ya están aquí. Las cuentas del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) se avanzaron ayer una vez fueron aprobadas por su consejo de administración, y ahora se deberán elevar al Pleno municipal para su visto bueno.

El presupuesto para 2011 deja varios titulares: el primero, que pese a ser unas cuentas raquíticas y constreñidas por la crisis, se ha realizado un reparto diferente del de 2010 que ha permitido que, en el resultado global, el Lope de Vega, el Teatro Alameda, las bibliotecas municipales y hasta el dinero que invierte el ICAS en llevar propuestas culturales a los barrios a través de los distritos hayan subido sus partidas.

Otro titular se refiere a los dos buques insignias de la cultura en la ciudad: la Sinfónica y el Teatro Maestranza. En este caso el ICAS elude segregar las aportaciones y sólo cifra la inversión conjunta, que será de 3.685.000 euros, a lo que se añade: "Un aumento de 300.000 euros con respecto al presupuesto destinado en 2010, lo que garantiza el apoyo del Ayuntamiento a estas instituciones y cuya decisión [de ampliar] se debe también al anuncio de otras administraciones participantes de reducir su presupuesto".

Vamos, que con el recorte draconiano de la Junta -de un 30% en el Maestranza y por determinar en la ROSS- y del 10% menos del Ministerio de Cultura -la Diputación lo congela- se aduce una supuesta sensibilidad para con la causa que, a la hora de la verdad, es cuanto menos relativa.

La razón: este 2010 el Ayuntamiento ha otorgado 2.772.000 euros a la orquesta y 1,3 millones -aumentados en 200.000 euros más fruto de un remanente a posteriori- al Maestranza, es decir, 1,5 millones. Si se suman estas partidas se obtiene una cifra por encima de los 4,2 millones que ni por asomo volverá a darse en 2011, pues se dejarán de ingresar unos 587.000 euros de las arcas municipales.

Lo que unido a la sangría de la Consejería de Cultura dejará al teatro bastante tocado para poder seguir conjugando cantidad con calidad.

Los que suben. No es para tirar cohetes, pero a nadie le amarga un dulce. Y en estos tiempos que corren, más. Así, el Lope de Vega incrementará su presupuesto un 10,82%, pasando de los 1,1 millones a los 1.219.000 euros. El otro teatro de gestión íntegramente municipal, el Alameda, también subirá un 9,77%, desde los 334.000 euros de este año a los 367.569 de 2011.

Otra de las señas de identidad de la política cultural municipal, la red de bibliotecas públicas, incrementará sus cifras un 44%, contando con 166.986,26 euros; y la cantidad destinada a las actividades de presupuestos participativos y el programa Sevilla Distrito Cultural asciende un 21,4%, hasta los 142.700 euros.

Hasta aquí las buenas noticias. Para que todo esto cuadre han sido necesarios ciertos ajustes, unos lógicos y otros de pura decisión política. Entre los lógicos está el descenso en la partida de la Bienal de Flamenco. Obviamente, no hay Bienal en 2011, por lo que la inversión baja notablemente, lo que ha permitido oxigenar las partidas antedichas.

Entre las decisiones políticas está la de reducir el presupuesto del Festival de Cine Europeo de Sevilla. No ha trascendido cuánto será el recorte, pero sí que lo habrá. Y no caerá muy bien a su director, Javier Martín-Domínguez, que ya ha reclamado -como su antecesor lo hiciera, lo que le costó el cargo- en público y en privado un aumento que permita dar el salto de calidad que requiere una cita de este calado social.

Así con todo, en el ICAS aducen que probablemente surjan con el correr del año algunos remanentes que utilizarán para equilibrar capítulos como éste, sabedores de que el festival no puede tirar con lo que se le ha brindado sobre el papel.

Otra cuestión que explica el porqué del reajuste de ciertas partidas deviene de los ahorros logrados en los capítulos de gastos corrientes -de un 28,7%- y de personal -de un 6,91%-, que han permitido que las inversiones en actividades culturales puedan lucir algo más desahogadas dentro del corsé de unas cuentas que, como no podía ser de otro modo, responde a una economía de guerra.

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