Entrada al antiguo recinto hospitalario, que hoy permanece vacío y con las obras paralizadas. / J. M. Paisano
La situación del antiguo Hospital Militar, cerrado desde que hace justo diez años Defensa se lo vendiera por seis millones a la Junta de Andalucía, con las obras de remodelación paralizadas por falta de fondos desde verano de 2011 y sin perspectiva de reapertura la Consejería de Salud señala que hasta que no pase la crisis no se plantea retomar su uso no ha dejado indiferente al Ayuntamiento de Sevilla, donde la situación de este centro hospitalario ha centrado varias veces en el debate político durante esta década.
El teniente de alcalde y portavoz del Gobierno municipal, Curro Pérez, lamentó ayer la situación en que se encuentra el Vigil de Quiñones, «que el Estado entregó a la Junta en perfectas condiciones para ponerse en marcha, dotado con unas instalaciones magníficas, y que diez años después está abandonado».
A su juicio, «el Gobierno andaluz nos tiene acostumbrados a estas cosas, por un lado se dedican a ponerse medallas en cuanto a educación y sanidad pública, pero los hechos desmienten a sus palabras». «El antiguo Hospital Militar podría haber dado servicio a una parte de la capital y la provincia, pero ha pasado una década y ese magnífico edificio ya está predestinado al abandono. Eso es lo que entiende Salud por optimizar los recursos públicos», dijo en declaraciones a este periódico el concejal popular.
Estado de la entrada al antiguo Hospital Militar.
En cuanto a posibles reclamaciones del Consistorio, Pérez dijo que la situación del Vigil de Quiñones «ha sido un tema recurrente en los debates del pasado mandato y de este también, pero ahora que se cumplen diez años del traspaso no estaría de más volver a reiterar alguna iniciativa para exigir a la Junta que retome las obras».
Respecto a la decisión de Salud de mantener el destino de ese uso como sanitario una década después de la cesión, el convenio con Defensa permitía el cambio de uso y la venta, el portavoz municipal coincidió en que el futuro del antiguo Hospital Militar debe ser mantener su actual calificación, ya que «lo contrario sería un escándalo».
Pérez recordó además que no es el único caso de abandono por parte de la administración autonómica en Sevilla, señalando otros ejemplos de dejadez como el parque de maquetas Andalucía de los Niños que sigue cerrado y sin planes de futuro a la vista u otras insfraestructuras heredadas de la Expo 92.
El próximo mes de junio se cumplirá una década desde que el Ministerio de Defensa cedió el antiguo Hospital Militar a la Junta para su incorporación, supuestamente casi inmediata, al servicio público de salud. Este centro militar era el segundo más importante de España sólo por detrás del Gómez de Ulla de Madrid, y hoy permanece cerrado, abandonado en su mayor parte y sin perspectivas de volver a entrar en uso. Sólo se han puesto en marcha en sus instalaciones un hospital de día y la comunidad terapéutica de salud mental, un centro de salud y un edificio administrativo. Salud, que pagó en 2004 seis millones por hacerse con este recinto, mantiene paralizadas las obras encaminadas a su reapertura y cuyo presupuesto final se ha duplicado sobre la previsión inicial, pasando de 23 a 54 millones y no da plazos para resucitar este hospital, ya que no retomará las obras hasta que se supere «la difícil situación económica en que nos encontramos». El Vigil de Quiñones era calificado por muchos en la pasada década como un centro de lujo por su gran equipamiento y su buen estado. Tenía 12 plantas, 83.000 metros cuadrados, varias cafeterías, helipuerto, cirugía experimental, 240 habitaciones individuales, una capacidad de 750 camas, 29 especialidades y cinco quirófanos.
