Juan Rubio / Isabel Campanario
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Moderación en los sueldos, supresión de las cláusulas de revisión salarial y no rebeja de tipos de interés. Son tres recomendaciones de Miguel Ángel Fernández Ordóñez para salir de una crisis económica cuya rapidez o lentitud dependerá de la audacia de las autoridades al acometer reformas estructurales.
Más daño a la economía hace un parado que alguien que gana un poco menos. Si el primero recorta drásticamente sus hábitos de consumo, el segundo al menos sigue pagando sus créditos. Con esta reflexión, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, insistió ayer en la necesidad de moderar las subidas salariales y aconsejó la supresión de las cláusulas de revisión de los sueldos -"como ya han hecho en casi todos los países europeos"- como parte de sus recetas para salir de la actual crisis económica.
En una conferencia-coloquio organizada por El Correo de Andalucía con el patrocinio de Iberdrola y celebrada en el sevillano hotel NH Convenciones, Fernández Ordóñez recalcó que el actual sistema de negociación salarial, al no diferenciar las situaciones particulares de las empresas, "no es el más adecuado para evitar que la etapa de debilidad de la demanda genere un fuerte descenso del empleo".
Sin alusión directa al Gobierno, su conferencia, con el significativo título de Lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer durante el ajuste, estuvo plagada de consejos para que se afronten las reformas estructurales que doten a la economía española de más flexibilidad, con mayor liberalización de sectores y mercados y, por ende, mayor competencia. Y entre aquellas, dijo, está la del mercado de trabajo.
Para salir con más rapidez de la crisis, el máximo responsable del órgano supervisor de los mercados financieros en España instó "a una actitud más audaz por parte de las autoridades en sus reformas y por parte de los agentes sociales en la fijación de los mecanismos de fijación salarial y de funcionamiento del mercado de trabajo" pues, a su juicio, conducirían a resolver con mayor prontitud y solidez la fase "tan complicada en la que estamos inmersos".
En sus recomendaciones, y sin aludir tampoco a medidas públicas ya adoptadas, Fernández Ordóñez instó a extremar la prudencia en las decisiones fiscales y presupuestarias, habida cuenta de la caída del superávit presupuestario estatal labrado durante años y que ha sido, argumentó, uno de los grandes aciertos de España. "Es lógico que la opinión pública reclame reacciones rápidas, aunque hay que huir del cortoplacismo en las políticas económicas, pues son las estructurales, las del largo plazo, las que se enfrentan a los problemas de fondo de la economía".
En este contexto, desaconsejó las iniciativas "que intenten contrarrestar los efectos sobre familias y empresas de la inevitable reducción del gasto nacional que exige este proceso de ajuste [de la economía]", al tiempo que abogó por reforzar el control de los gastos corrientes en las administraciones, confiriendo, así, un margen de maniobra adicional al afrontar proyectos de inversión pública. Y en este barco común, alegó, "el comportamiento de las comunidades y corporaciones locales va a ser determinante".
Frente a la petición de varios gobiernos europeos, entre ellos el español, para que el Banco Central Europeo (BCE) rebaje los tipos de interés, Fernández Ordóñez consideró que "hubiera sido muy negativo" que la institución monetaria "hubiera caído en la tentación de olvidar su objetivo de contener la inflación, intentando suavizar la dolorosa adaptación de familias y empresas a los incrementos tan sustanciales de precios de materias primas y petróleo que hemos experimentado".
Dentro también de la economía doméstica, el gobernador del Banco de España, y por varias veces, incidió en el necesario ahorro energético por parte de las familias y en "un mayor esfuerzo de formación, capacitación profesional y de versartilidad". En suma, concluyó, y por doloroso que resulte, habrán de adaptarse a los cambios.
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