El barquito de oro de la Virgen de Consolación de Utrera se muestra por primera vez fuera de la ciudad

Mide sólo 12 centímetros de altura, pero atesora una enorme riqueza artística, histórica y devocional. Tanto que esta única pieza está sirviendo para desarrollar una exposición en la capital hispalense de la que, lógicamente, es la indiscutible protagonista. El famoso barquito que la Virgen de Consolación de Utrera tiene en su mano derecha preside, hasta el día 10, una muestra en la fundación de la Cámara de Comercio de Sevilla.

el 03 dic 2010 / 19:56 h.

Esta joya del siglo XVI, única en su categoría, nació como un perfumero de los que las damas de la época llevaban prendido de su cintura, exhalando su correspondiente fragancia. Quizás también la patrona de Utrera lo portó sobre su saya cuando Rodrigo de Salinas se lo donó en 1579, aunque después pasaría a ocupar su mano, convirtiéndose en el elemento más identificativo de la mayor devoción del municipio, y prácticamente en un símbolo de la propia ciudad.


Precisamente este hecho se recoge en la exposición, que permite al visitante acercarse a un objeto que, "siendo profano, termina definiendo la particularidad de la Virgen de Consolación como una imagen marinera", explica el historiador Julio Mayo, comisario de la muestra. Precisamente a ella acudían a encomendarse los marineros que viajaban desde Sevilla hasta Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y que, en este municipio, emprendían su carrera hacia las Indias. De esta forma, en el Siglo de Oro, la patrona de Utrera se convirtió en un auténtico fenómeno, que contaba con una gran romería, únicamente comparable a lo que hoy día es la del Rocío.

Con motivo de la conmemoración en 2007 del quinto centenario de la Virgen de Consolación, tanto él como Salvador Hernández firmaron el libro Una nao de oro para la Virgen de Consolación de Utrera (1579), que destapaba esta clave interpretativa fundamental para entender la forma en que se extendió dicha devoción mariana. "Es más, si en 1771 no se hubiera prohibido la romería que protagonizaba antiguamente la Virgen de Consolación, hoy sería mucho más importante que el Rocío", asegura el historiador. De hecho, el experto recuerda que, "en el siglo XVI, Utrera era uno de los municipios más destacados del antiguo Reino de Sevilla, y prácticamente de toda Andalucía".

En el marco de esta exposición, en una sala ensombrecida, el elemento que destaca por encima de todos es él, el barquito, hecho de oro, cristal de roca y esmalte. Da incluso la sensación de que está navegando, por el reflejo que se proyecta de esta pieza y por la iluminación que la rodea, donde el propio oro es el que brilla, convirtiéndose en el centro de atención. Cargado de multitud de detalles, todos ellos pueden conocerse gracias a unos paneles que resaltan aspectos como el aroma, los cañones que recoge este pequeño barco, y el esplendor y minuciosidad que se observa en la maqueta, la única nao que todavía existe del comercio de Indias, y que permite conocer cómo eran las embarcaciones de la época.

Enmarcada en el primer simposio iberoamericano de religiosidad popular, organizado por Caja Rural del Sur, la exposición también destaca la propia figura de la Virgen de Consolación. De fondo, tras el barquito, se observa un antiguo grabado de la patrona de Utrera, que sirve para identificar la valiosa pieza con la devoción mariana.
Con la colaboración del Ayuntamiento de Utrera, la empresa pública Promoción y Desarrollo de Utrera (Produsa) y Caja Rural de Utrera, la exposición permanece abierta al público, de lunes a jueves de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 19.00 horas, mientras que los viernes sólo se puede visitar la muestra por la mañana. El coordinador del simposio, Santiago Padilla lo justifica así: "Hemos elegido a la Virgen de Consolación al identificarla como un paradigma clarísimo de la relación que hubo en torno a la fe entre España y América".

La Virgen de Consolación, que en su santuario de Utrera porta una pieza similar de plata durante todo el año, luce esta joya en ocasiones destacadas, como su festividad -8 de septiembre- o la procesión que la talla protagoniza cada primero de mayo. Por eso, es ésta una exposición única, no sólo por ser la primera vez que la pequeña nao abandona este municipio del Bajo Guadalquivir, sino porque todos los ciudadanos tienen la oportunidad de contemplar de cerca el elemento que hace que la Virgen de Consolación sea conocida como la del barquito en la mano.

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