El barrio más salvaje de Sevilla

La reserva cumple 10 años y se consolida como oferta de ocio en la provincia. Muchos de los animales llegan tras decomisos por su tráfico ilegal y son cuidados aquí.

el 21 dic 2010 / 20:23 h.

Los nuevos chimpancés de la reserva.

"Los últimos vecinos son seis chimpancés que llegaron de Río Safari (Elche) hace tres meses", cuenta Enrique Torija, el veterinario de la reserva de El Castillo de las Guardas. La especie goza de la máxima protección por Cites (siglas en inglés de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora). Las amplias instalaciones donde viven estos monos cuenta con doble "pastor eléctrico", un hilo electrificado de baja potencia. "Son muy inteligentes: imagina que nos encierran a nosotros y tenemos todo el día para pensar cómo escapar", explica con una sonrisa mientras los alimenta. No se debe a las fiestas navideñas, los bombones y otros dulces forman parte del menú de los chimpancés. "Superviso siempre la dieta, hay que cuidar las golosinas".

Los próximos inquilinos serán cuatro rinocerontes, un macho y tres hembras. "Tenemos ya un ejemplar, pero hemos ampliado las instalaciones y obtuvimos el visto bueno de Cites hace cuatro meses", explica el veterinario, que reconoce que los trámites se complican. Él se dedica en exclusiva a las especies exóticas. También imparte cursos para el cuerpo de bomberos de Sevilla sobre el trato con determinadas especies, como rapaces o serpientes.

Este recinto forma parte de AIZA (Asociación Ibérica de Zoológicos y Acuarios). Las relaciones entre los profesionales de este sector es continua. "Hemos traído tres osos de Cabárceno (Cantabria) y hemos llevado dos dromedarios y un watusi". En la práctica, el veterinario se convierte en un director técnico que coordina el trabajo de los cuidadores de los animales y vela por el complejo.

Por su parte, Óscar Fernández es el biólogo y se ocupa de los leones marinos. Bajo su atención viven dos de 16 años de la Patagonia (Argentina), Vilma y Maia, y otra de California (EEUU) de 2, Xana. Cada día realizan su espectáculo en la piscina. "Se trata de educar a la gente, enseñar el respeto a los animales y, a la vez, testar que éstos se encuentran en buena salud", expone.

"Cada año se pueden alcanzar las 200.000 visitas", afirma Mercedes Gómez, que trabaja en las taquillas. "La temporada alta es la primavera, a partir de marzo sobre todo", explica, al tiempo que recuerda que se puede recorrer la reserva en un tren o con el coche, pero siempre sin bajar del mismo por razones de seguridad, salvo en el sector de los chimpancés. De todas maneras, pese a la falta de prudencia de muchos clientes, nunca se han registrado accidentes en los 10 años de vida de este zoológico. Un equipo de 20 profesionales, más el personal eventual de obras, trabaja para que todo esté en orden.

Esta finca con más de 240 hectáreas alberga a un millar de animales de innumerables especies de los cinco continentes. Salvo el gamo, todas las especies son alóctonas, es decir no originarias del lugar. Todos estos herbívoros y carnívoros se comen cada día 2.500 kilos de heno y alfalfa, 150 de carne y otras pequeñas cantidades de fruta, pienso y suplementos. Campan a sus anchas, en semilibertad, aunque algunos de los amplios espacios están acotados.

Prácticamente, todos crían en esta cautividad que reproduce su vida en la naturaleza. Casi todos los zoológicos recogen animales que han sido decomisados por las autoridades, debido a algún incumplimiento de la ley, aunque a veces se da la paradoja de que, al no disponer de un lugar adonde llevarlos, se quedan con el infractor.

El clima de Sevilla propicia la adaptación. Hay dormideros, aunque pocos se cobijan en ellos. Los elefantes sí los usan cada noche. Recientemente se colocaron cámaras web para controlar su situación en directo. Se crían elefantes asiáticos, siempre machos, que se envían a otros lugares de Europa ya en edad reproductiva. "Pronto saldrá uno para un zoológico de Francia", apunta el veterinario. El cuidado no es fácil, este profesional debe recurrir a rifles y cerbatanas para velar por la salud de esta exótica comunidad si es necesario. "Los animales más delicados de tratar son los elefantes, por su tamaño, y los chimpancés, por ser una especie protegida de nivel máximo", subraya este especialista. "Los bisontes son los más bravos y broncos, difíciles de vacunar en la manga", apostilla.

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