El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer los tipos de interés en el 1% -están en ese nivel desde mayo de 2009- para no perjudicar la recuperación económica y dejó claro a través de su presidente, Jean-Claude Trichet, que pese a las dificultades de Grecia y otros países de la Eurozona no habrá ningún trato especial.
"Ningún Gobierno puede esperar del BCE un tratamiento especial. Tenemos nuestros principios y los aplicaremos", declaró tras la reunión del consejo de gobierno de la autoridad monetaria. Trichet agregó que pese a la recuperación que comienza a detectarse en algunas economías "hay mucho trabajo por hacer", de ahí que insista en las reformas, en la reducción del déficit, así como en políticas presupuestarias y fiscales correctas.
Opinó que los problemas que afronta Grecia y otros países de la Eurozona, entre los que sólo citó a Irlanda, indican que no hicieron debidamente su trabajo.
"El problema no es la ayuda del BCE, sino tomar las decisiones correctas y aplicarlas", destacó Trichet, quien a la pregunta de si España, entre los países de cola de la recuperación hace su trabajo, respondió que "no estoy aquí para poner notas", ya que "todos los países del euro tienen deberes".
Respecto a los riesgos de una política monetaria común en una zona que evoluciona a dos velocidades, recordó que desde la creación de la Eurozona ha habido países en situaciones distintas. "Para el BCE lo que cuenta es que gestionamos una moneda común para 330 millones de personas en 16 países distintos".
Además, agregó que espera "mucho de la presidencia española, pues será un semestre importante. Me consta que el Gobierno español está poniendo mucho empeño y dedicación".
En cuanto a la política de tipos, el economista francés afirmó que la decisión de mantenerlos inalterados en el 1% fue adoptada por "unanimidad" al creer que "ese nivel es el apropiado" para impulsar la recuperación y asegurar la estabilidad de precios en la Eurozona.
El presidente del BCE evitó comentar cómo evolucionarán los tipos. "Creo que nuestra posición en ese sentido es cristalina", dijo. Garantizó en contrapartida el apoyo al sistema bancario el tiempo que sea necesario, pese a que las medidas extraordinarias de liquidez se irán retirando de forma gradual. Y destacó la importancia de que los bancos aprovechen las condiciones actuales para sanearse pues "nuestras democracias no aceptarán que esta crisis vuelva a repetirse".
Obama propone una tasa a la banca por sus excesos
El presidente de EEUU, Barack Obama, presentó ayer el nuevo gravamen que quiere imponer a la banca para penalizar sus excesos, como el cobro de "bonos obscenos", y que permitirá recuperar parte del dinero público invertido en el rescate financiero.
De ser aprobado por el Congreso, el nuevo gravamen, bautizado como "tasa de responsabilidad en la crisis financiera", permitirá recaudar unos 90.000 millones de dólares en diez años y 117.000 en doce años, según la Casa Blanca.
El nuevo impuesto se aplicará a las 50 mayores entidades financieras que operan en el país, entre bancos, aseguradoras e intermediarios financieros, aunque quince de ellas son filiales de compañías extranjeras.