Cultura

El beso no fue el único momento comprometido

El beso entre Corbacho y Elsa Pataky no fue el único momento comprometido de la gala de los premios Goya. La presencia de Yola Berrocal, la segunda parte del lapsus de Alfredo Landa o el tropiezo de Bayona fueron la otra cara de la noche que no quedó registrada por las cámaras. (Foto: EFE).

el 14 sep 2009 / 23:40 h.

El beso entre Corbacho y Elsa Pataky no fue el único momento comprometido de la gala de los premios Goya. La presencia de Yola Berrocal, la segunda parte del lapsus de Alfredo Landa o el tropiezo de Bayona fueron la otra cara de la noche que no quedó registrada por las cámaras.

El primer sobresalto llegó con Yola Berrocal, más conocida por sus escándalos con Dinio, que llegó ataviada con un largo vestido rosa chicle con el que casi dejaba a la intemperie sus dos grandes fuertes. Ella intentó posar en el photocall pero las chicas de prensa se adelantaron y la mandaron rapidito para dentro. Algo parecido, aunque ésta sí tenía justificación, ocurrió cuando hizo su entrada la tan querida por los niños Leticia Savater. Todos los periodistas y fotógrafos le preguntaban por su presencia y ella sólo sabía decir: "No estoy nominada pero formo parte del cartel de Las 13 rosas, como Goya Toledo", aseguraba con mucha razón, ya que ésta última salía tan poco como ella en la película y nadie se cuestionaba por qué estaba allí posando con el director.

Yola no fue la única persona non grata a la hora de posar. A la organización no le hizo gracia la presencia de Massiel, pero ella fue mucho más lista y posó durante unos buenos minutos ante los cámaras con un complicado vestido de Christian Lacroix. Nadie tuvo valor de quitarla.

Otro de los grandes momentos de la noche fue el discurso de Alfredo Landa, del que sólo se pudo descifrar que estaba muy agradecido. Tras recibir el Goya, todos los premiados se reunían con la prensa para contar sus primeras impresiones. Cuando le llegó el turno a Landa dijo que no iba a subir porque cuando le dieran el Goya como Mejor actor tendría que volver a hacerlo. Finalmente no habló con los medios y tampoco ganó el Goya.

En cuanto a los tropiezos, Bayona no fue el único que se tropezó al subir al escenario. Todo aquél que quería fumarse un cigarro tenía que salir a la calle y bajar unas escaleras de mármol encharcadas. Por suerte, no hubo víctimas mortales, pero una de cada dos personas de las que bajaban caían sin remedio.

La información más interesante que se pudo rescatar de la gala fue el regreso de Alejandro Amenábar con una película de época, la participación de Elsa Pataky en Giallo, la próxima película de Dario Argento; y que Juanma Bajo Ulloa trabaja en Móvil, una comedia de carretera.

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