Deportes

El Betis, ante la hora de ser fuerte en casa

El Betis regresa el domingo a su estadio después de un mes sin jugar un partido al final de La Palmera. Todavía no ha perdido allí, pero su balance es muy mejorable. Y para ascender está obligado a hacer precisamente eso: mejorar.

el 10 nov 2009 / 22:28 h.

Sergio García, en el último partido del Betis en casa, ante el Real Unión.

Hoy hace un mes que el Betis jugó en su estadio por última vez. Fue el 11 de octubre y el conjunto verdiblanco se dejó dos puntos frente al Real Unión (1-1). Desde entonces, el equipo de Antonio Tapia sólo ha disputado partidos fuera de su campo, tres en total con un balance de lo más diverso: una victoria (0-2 en Gerona), un empate (2-2 en Cádiz) y una derrota (1-0 en Castellón). El próximo domingo, el Betis vuelve a casa (no por Navidad, pero casi) con la obligación de ganar al Celta. Esa obligación se le supone en todos los encuentros, pero parece mayor en esta ocasión porque los verdiblancos sólo lo han conseguido en uno de sus seis últimos compromisos y porque, a fin de cuentas, el encuentro es en casa. Y aquí empiezan los problemas...

Desde que llegó al Betis, Tapia ha defendido la teoría de que Heliópolis debía ser poco menos que un fortín. Es uno de los cimientos sobre los que se asentaba el proyecto del ascenso, pero la realidad por ahora no tiene nada que ver con la teoría. A un impecable arranque (3-0 al Córdoba y 3-0 al Recreativo) le siguieron dos tropiezos en forma de empates, primero con el Cartagena (0-0) y después ante el Real Unión, y desde entonces hasta aquí, nada de nada. El ritmo, con no ser malo, es sin embargo muy mejorable. Son ocho puntos de doce posibles, así que, hablando en términos porcentuales, el Betis se ha quedado dos terceras partes de todos los puntos que ha puesto en juego en su feudo.

Ese 66% debe ser mejorado por el conjunto de La Palmera si quiere ascender. Así de claro. El comentario, aun siendo tajante, no es fruto del capricho, sino de una realidad constatada a lo largo de la historia del club de las trece barras. En sus diez ascensos anteriores, el Betis se hizo muy fuerte como local y por ahí pasó gran parte de su éxito. Y en los diez consiguió un porcentaje de puntos en casa superior al que ahora presentan Tapia y los suyos. La última vez, en la 2000-01, el equipo de Fernando Vázquez y luego de Luis del Sol acabó la temporada con 45 puntos caseros; como el total eran 63 (21 partidos), el porcentaje fue el 71,4%.

Esa última marca, de hecho, es la más baja de todas las correspondientes a los años en que el Betis subió de Segunda a Primera. Hay campañas mucho mejores, diríase que inigualables, como la 93-94 (17 victorias, un empate y una sola derrota, ante el Palamós por 1-2 el famoso día que Roberto Martínez marcó el gol del triunfo forastero en el descuento), o la del primer ascenso de la historia verdiblanca, la 31-32, con siete triunfos, un empate y ni un solo choque perdido. Tampoco cayó en ninguno de los 19 encuentros que jugó en Heliópolis en la 73-74.

La importancia de la trayectoria casera para el Betis también puede notarse en su inesperado descenso de este año. Inesperado pero nada extraño si se comprueban sus números en Heliópolis, donde ganó sólo cuatro encuentros, empató ocho y perdió siete. En total obtuvo 20 puntos de 57 posibles; por tanto, un ridículo 35%. Al revés, en la histórica campaña 2004-05, el equipo de Serra Ferrer ganó doce encuentros, empató cinco y apenas perdió dos; en total, 41 de 57 (72%). Esta temporada aún está a tiempo de alcanzar un registro así. Hacerlo es casi imprescindible para que retorne a Primera.

  • 1