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El Betis busca ahora un hombre de fútbol para su consejo de administración

Los dirigentes no quieren repetir los errores de planificación del año pasado y pretenden incorporar un nuevo consejero para el área deportiva.

el 30 mar 2014 / 00:32 h.

Los dos nuevos hombres fuertes del consejo de administración del Betis, Fernando Casas (vicepresidente) y Manuel Domínguez Platas (presidente), se dan la mano, ayer antes de la presentación del segundo. / José Luis Montero Los dos nuevos hombres fuertes del consejo de administración del Betis, Fernando Casas (vicepresidente) y Manuel Domínguez Platas (presidente), se dan la mano, ayer antes de la presentación del segundo. / José Luis Montero El Betis ya tiene presidente. Manuel Domínguez Platas, secretario del consejo de administración desde la junta de accionistas que puso fin al mandato de Jaime Rodríguez-Sacristán y consejero por cooptación desde enero de este año, es el elegido para sustituir a Miguel Guillén y convertirse en el presidente número 43 de la historia del club. Su segundo será Fernando Casas, antes consejero y ahora vicepresidente. Los dos encabezan un consejo que seguirá evolucionando. La intención de muchos de los consejeros que llevan dos o tres años en el cargo es abandonar el club, seguramente al final de la campaña, y dejar su puesto a nuevos compañeros, en la línea de «renovación progresiva» marcada por el administrador judicial, Francisco Estepa, en la junta de accionistas. Incluso hay una prioridad: hallar un nuevo consejero especializado en lo clave, el fútbol, para así no repetir los errores de planificación del año pasado. A lo largo de los tres años de mandato entre José Antonio Bosch y Miguel Guillén, el único consejero con relación directa con el fútbol era León Lasa, a quien se asignó la cantera. Tras su marcha, todo el peso recayó en la dirección deportiva pero con la supervisión de José Antonio Bosch. El actual consejo es consciente de sus limitaciones en un capítulo fundamental, porque para eso dirigen un club de fútbol, y así lo reconoció este sábado el nuevo presidente. De ahí la necesidad de paliar ese importantísimo déficit. Horas después de que el Betis hiciese públicos los nombramientos, el nuevo presidente brindó sus primeras reflexiones. La noticia era conocida por él mismo y el resto del consejo desde la junta de accionistas de la víspera, como reconoció después. También admitió que es consciente de su provisionalidad, aunque tiene claro que eso no influirá en su trabajo. «Yo llegué para tres meses y voy para cuatro años. Es temporal, pero el tiempo que estemos aquí vamos a tomar las decisiones que debamos tomar como si esto fuese nuestro para toda la vida», dijo Domínguez Platas. El dirigente verdiblanco también adelantó que la remodelación de la cúpula directiva no se zanja con los tres nuevos componentes. «La renovación del consejo se hará en cualquier caso porque hay un desgaste y entendemos que es bueno que vengan otras personas con nuevas ilusiones e ideas. Hay muchos béticos que pueden hacerlo infinitamente mejor que nosotros», explicó el abogado, que incluso reveló que ya buscan a esos nuevos fichajes. «Estamos presentando a Estepa a gente del entorno que puede aportar y él por su parte también intenta conocer gente. En el momento en que alguien decida dar el paso al frente, a lo mejor en el consejo que celebremos en mayo o junio se decide que otra persona puede servir mejor al Betis, y yo encantado de darle el relevo», comentó. A pesar de la presumible cortedad de su mandato y las dificultades con que puede toparse, Domínguez Platas confía en que su presidencia tenga su sello. «Se ha dicho que es más de lo mismo. El tiempo lo dirá. Llevo un rato y no sabemos todavía si podré transmitir una impronta distinta. El Betis está judicializado y estamos en cumplimiento de convenio. Eso constriñe nuestras posibilidades, pero también se dan circunstancias que pueden hacer que demostremos que no va a ser más de lo mismo», apuntó. La clave está en Estepa. No el pueblo, sino el administrador judicial de las acciones de Farusa. «Ha habido cambios esenciales que pueden incidir en que se pueda dar otra imagen y que no haya continuidad absoluta. La personalidad de Bosch era abrumadora y arrolladora. Dejo constancia de mi agradecimiento por lo que ha hecho por el Betis, pero su forma de ser no tiene nada que ver con la de Francisco Estepa. Eso puede ser determinante para que no sea más de lo mismo», razonó. "NO HAY DIVISIÓN ENTRE LOS BÉTICOS" Domínguez Platas debutó ayer como presidente pero lleva tres años y medio en la gestión del club. Ha sido secretario del consejo y por tanto ha conducido todas las juntas de accionistas, de modo que se le preguntó por su perspectiva sobre la división del beticismo. Ahí saltó la sorpresa, ya que el dirigente consideró que «no hay ninguna inestabilidad y tampoco división» y que las juntas «no son representativas de lo que ocurre en la realidad». «Digamos que hay división de opiniones, pero dentro de la amistad y el compañerismo. Todos están remando en la misma dirección pero con diferentes criterios. Yo veía a Emilio Soto hablando con Cayetano, a Pepe Tirado con Pedro Rodríguez de la Borbolla… Lo que pasa en las juntas no es significativo de lo que ocurre en la realidad. No hay tantas diferencias», opinó el presidente, para quien «la institución no se tambalea». «El Betis es muchísima gente, ni siquiera la junta es representativa del Betis. La junta fue atípica, quizá la más inoportuna, y eso la marcó, pero no significa que haya grandes diferencias. Las plataformas, el entorno del Betis no pondrá en peligro a la institución», sentenció. EL VIERNES YA ERA PRESIDENTE El nuevo presidente también explicó cómo se gestó el relevo en el cargo y confesó que el viernes, en la junta, ya «estaban sentados el presidente saliente y el entrante». «Pero hay una formalidad que se debe cumplir. La junta no fue corta ni cómoda ni tranquila y pensamos que no era el momento de anunciar el nombre. La idea inicial era hacerlo en un consejo posterior a la junta y decirlo antes de que se fuese la gente, pero la junta se alargó demasiado», justificó Domínguez Platas. El presidente reconoció que el reto lo ilusiona pero también lo intimida. «Se me ofreció, lo pensé y lo dudé. Me asustaba la responsabilidad, sobre todo sucediendo a Rafael Gordillo y Miguel Guillén, a los que la historia pondrá en su sitio y que pasarán a la historia grande del Betis. Pero me lo ofrecieron y pienso que puedo prestar un servicio al Betis. El único problema que tiene ser presidente del Betis es que te abruma la responsabilidad, pero el honor es grandísimo. He dado un pasito más para intentar que la situación institucional del Betis se mantenga y no se degrade», explicó.

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