Se acerca la hora de la marcha del Betis al norte de Inglaterra para emprender la segunda y definitiva fase de su pretemporada y los problemas empiezan a agolparse en la puerta del vestuario por la parte de fuera. Los protagonizan dos jugadores que a día de hoy están más fuera que dentro, aunque siguen perteneciendo a la disciplina verdiblanca. Uno es Juanfran, que el lunes contradijo la versión oficial en el club, dijo que se encontraba «a tope» y en efecto ayer volvió a ejercitarse sobre el césped de la ciudad deportiva, aunque no con el resto del grupo. Y otro es Paulao, cuya desvinculación amenaza con convertirse en el gran culebrón del verano en Heliópolis, si no lo es ya. Juanfran volvió ayer al césped para ejercitarse junto a Fran Molano (derecha) y sus compañeros Vilarchao y Braian. / Foto: Kiko Hurtado El caso Juanfran sigue sin vías de solución, aunque el Hellas Verona italiano ha abierto una al ofrecer una buena cantidad, próxima a los 1,5 millones de euros, por la mitad del pase del lateral-interior. Si el Betis la acepta, el problema estará resuelto. Si no, el lío dará para varios capítulos más, el primero de ellos la presencia del futbolista en la expedición que volará de Málaga a Newcastle el viernes por la mañana. Los organizadores del viaje ya han solicitado al jugador su pasaporte para realizar los trámites oportunos, así que en este caso sí se cumple lo que comentó el entrenador hace dos días. «Es uno de los dos laterales derechos y cuento con él para el inicio del campeonato si no ocurre nada», dijo Julio Velázquez. Poco después fue cuando Juanfran dijo eso de que lleva diez días sin ningún tipo de molestias. Pues dicho y hecho. Al día siguiente, es decir, ayer, el jugador apareció en el verde para volver a trabajar. Lo hizo acompañado, pero no del grueso de la plantilla ni de Velázquez, sino de otros dos descartes del míster, Eder Vilarchao y Braian Rodríguez. Los tres estuvieron haciendo trabajo físico junto al recuperador de lesionados, Fran Molano. En cuanto a Paulao, ahora mismo se convierte en el único que se entrena completamente en solitario, a la espera de que el Betis y sus agentes desbloqueen una situación que por ahora es un muro insalvable, tales son las diferencias entre una parte y otra. El club quiere rescindirle el contrato y no abonarle la temporada que aún tiene vigente por contrato, mientras que el futbolista se niega en redondo a aceptar ese trato. Cualquier oferta que maneje, que las hay, es inviable mientras la coyuntura no se mueva de estos parámetros. A estos problemas hay que sumarles otros menores, como la ausencia de Rubén Castro, Jorge Molina y Chuli en la sesión vespertina de ayer. No hay motivos para preocuparse. En el caso de Molina, por ejemplo, no se presentó porque su pareja dio a luz. En cuanto a Chuli, no hizo el esfuerzo por precaución, ya que viene de un problema muscular delicado. El primer entrenamiento del día para la plantilla del Betis, que tuvo doble sesión por segundo día consecutivo, ya había deparado precisamente como novedad su regreso, una vez superada una elongación en el recto anterior de la pierna izquierda. Chuli tuvo que parar la semana pasada después de padecer ese problema muscular. Se le diagnosticó una semana de baja y de hecho se perdió los amistosos ante el Sanluqueño y el Isla Cristina, pero ha acortado algo los plazos y pudo ponerse de nuevo a las órdenes de Velázquez a sólo tres días de la concentración en Inglaterra. La jornada sí registró la baja de Isaac. El canterano, que lleva toda la pretemporada con el primer equipo y no está desentonando en el lateral derecho, recibió un golpe fortuito en el entrenamiento del lunes por la tarde y ya entonces tuvo que retirarse antes que sus compañeros. Las pruebas determinaron que tiene un esguince leve en el tobillo derecho, así que estará un par de días sin entrenarse. Su lugar en los entrenamientos fue ocupado por el central José Carlos, que dispuso de alguna oportunidad la pasada temporada.