El Betis ya está donde quería y debía estar desde hace mucho tiempo, tercero en Segunda y por tanto en la zona de ascenso a Primera. La noticia es esa, pero el notición es que está ahí sólo un mes después de alejarse más que nunca de los puestos de honor y pasearse por el borde del abismo, en vísperas de visitar al Cartagena y correr el riesgo de colocarse a once puntos, once, de la tercera plaza. Aquel partido, aquella victoria en el estadio Cartagonova fue el punto de inflexión que necesitaba el Betis y el principio de una remontada que en cuatro jornadas ha dejado a los heliopolitanos por encima del conjunto murciano y a rebufo del Hércules, entonces líder y ahora segundo. Es, sin duda, la remontada de las remontadas.
Así estaban las cosas tras la jornada 21ª, cuando Antonio Tapia dejó el cargo, y así se las encontró Víctor Fernández: el Betis era séptimo, con 30 puntos, y estaba a trece del líder Hércules (43), a doce de la Real Sociedad (42), a cuatro del Cartagena (34), a tres del Villarreal B (33) y a dos del Numancia y el Nástic (32). Su goal average general era de +6 (29-23). Cuatro partidos más tarde, después de vencer en Córdoba y empatar con Hércules, Recreativo y Albacete, la situación era incluso peor: al final de la jornada 25ª, el Betis aún era séptimo, con 36 puntos, y estaba a doce del Hércules (48), once de la Real (47), ocho del Cartagena (44), cuatro del Levante (40), tres del Numancia (39) y uno del Villarreal B (37). Su goal average sólo era de +7 (32-25) y su ataque había bajado al décimo puesto del ranking de Segunda.
En las ocho jornadas que lleva bajo el control de Víctor, el Betis ha recortado nueve puntos al Hércules, cinco a la Real y cuatro al Cartagena. Y además ha sumado seis más que el Villarreal B y el Numancia, catorce más que el Nástic y tres más que el Levante. Pero si se miran las cuatro últimas jornadas, en las que la escuadra de La Palmera ha hecho doce puntos de doce posibles, la remontada ya adquiere tintes de locura: en este pequeñísimo tramo, el Betis ha recortado ocho puntos al Hércules y al Cartagena y cuatro a la Real, y aparte ha conseguido siete puntos más que el Levante y el Numancia, cuatro más que el Villarreal B, seis más que el Elche y once más que el Nástic. La consecuencia de todas estas cuentas es que el Betis ya es el mejor equipo de la segunda vuelta
¡AL ATAQUE! Hay muchas maneras de explicar esta fulminante reacción, pero existe una más evidente que las demás: la llegada de Víctor y la instauración de una nueva filosofía de juego basada en la premisa de que el Betis es un grande y así debe afrontar todos los partidos. Con el maño se acabó aquello de tratar a los rivales de igual a igual. Y el ataque del equipo, capitidisminuido en el tramo final de la era Tapia, demuestra con sus cifras que la apuesta es exitosa. Sólo en estas cuatro últimas jornadas, el Betis ha doblado su goal average general (del +7 de la jornada 25ª al +14 actual) y ha pasado de tener el décimo registro ofensivo de Segunda a compartir el liderato de la clasificación junto a Real, Cartagena, Villarreal B y Rayo, todos con 42 dianas.
Cuando aterrizó Víctor, el Betis llevaba casi dos meses sin marcar más de un gol en un partido. En las cuatro últimas jornadas, las del milagro, el conjunto de las trece barras hizo dos tantos en Cartagena, tres ante el Rayo y el Real Unión y dos contra el Castellón. Diez goles en cuatro partidos, igual a zona de ascenso.
