La austeridad seguirá guiando al Betis del futuro, que seguirá siendo el Betis del convenio de acreedores. Así quedó constatado anoche en la junta de accionistas del club verdiblanco, que aprobó el mejor balance económico de los cinco últimos años y quién sabe si desde 1992, como apuntó algún accionista destacado.
El 92 y sus consecuencias fueron precisamente protagonistas de la asamblea. Era previsible, ya que se anunciaba la presencia del exconsejero Manuel Castaño, uno de los grandes exponentes del último Betis de Lopera, y tampoco resultó sorprendente la contienda, verbal por supuesto, con quien ahora manda, José Antonio Bosch.
Fue la excepción en una noche tranquila que sirvió al consejo para lograr un respaldo casi unánime para su gestión y recibir dos tirones de orejas, por la eliminación de los carnets semestrales y el trabajo en la cantera.
La asamblea, eso sí, tardó en desperezarse casi lo mismo que el Betis ante el Barcelona. Después de media hora larga de datos económicos comenzaron las intervenciones particulares y apareció Castaño. El abogado reclamó para sí y el consejo del que formó parte una buena porción del mérito de que el club esté hoy como está, económica y deportivamente.
“En este concurso que va a suponer la salvación de la entidad hubo una fase que llevó a cabo el consejo anterior a este”, dijo Castaño, que añadió: “Después de eso, ir a Hacienda con un contrato de 28 millones con la tele no supone ninguna heroicidad. Hacienda, a cualquiera en estas condiciones, con ingresos de entre 44 y 50 millones, le aplaza la deuda hasta 2018 sin ningún problema. Que no se pongan otros medallas, también habrán hecho lo suyo pero el acuerdo con Hacienda lo conseguía cualquiera”.
En cuanto al capítulo deportivo... “La base no la ha hecho este consejo. A José Mel no lo ha traído nadie que esté sentado en este consejo. A Rubén Castro tampoco, ni a Molina, ni a Dorado, ni a Salva Sevilla. La base se ha hecho con jugadores que ya estaban y con la aportación de la cantera. ¿O a Beñat lo trajo del Conquense alguien del consejo o de la secretaría técnica? ¿Y a Cañas, Adrián, Nono, Vadillo…?”, preguntó.
El exconsejero tuvo cumplida respuesta por parte de Bosch. “No estamos juzgando consejos ni ejercicios anteriores, pero le falla la memoria. Se ha olvidado de decir que por todos esos futbolistas no pagó ningún traspaso y que se les debía dinero a los clubes y a los jugadores (sus salarios). Y tampoco ha dicho que desde el 92 no se pagaba la tasa de basura, ni el IBI, ni los impuestos municipales… La deuda de 90 millones no se genera sólo por bajar a Segunda”, contestó.
Un ejercicio modélico // En cuanto a las cuentas, el Betis aprobó unos números que incluyen la reducción de la deuda: era de 75 millones más los 15,5 pendientes de los litigios con Hacienda, pero con el convenio pasa a 55 millones, de los que 17,5 están en los tribunales.
“La deuda oscilará entre 55 millones si todos los litigios se pierden y 37,5 si todos se ganan”, resumió Fernando Casas. Algo tienen que ver los 33,2 millones de beneficios, la gran mayoría (30,8) procedentes del convenio y 2,4 de la gestión ordinaria, fruto de 44,8 millones de ingresos y 42,3 de gastos.
“Se trata de los ingresos más altos y los gastos más bajos de los cinco últimos años”, resaltó Casas. La TV aporta el 55% de los ingresos y la plantilla, el 72% de los gastos.El consejero también recalcó que el Betis cumple el fair play financiero de la UEFA y la LFP, ya que su ratio coste plantilla/ingresos está en el 58% y los organismos exigen que se encuentra entre el 50 y el 70%.
