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El Betis de Mel está por encima de todas las cosas

El conjunto verdiblanco celebra el estreno de Gordillo como presidente con una fácil goleada ante el Tenerife. A Emana y Rubén Castro les bastó con media hora para sentenciar.

el 18 dic 2010 / 17:49 h.

Melli (izda.) y Jorge Molina en un lance del juego.
Da igual que el partido sea en casa o fuera, que el club cambie de dirigentes o que los futbolistas denuncien  que les deben más de nueve millones de euros. Da igual que haga sol, que llueva, que nieve o que el césped sea hielo. Da igual que juegue un sábado a las cuatro, un sábado a las seis o un domingo al mediodía. Da igual que el enemigo de turno vaya segundo por arriba o segundo por la cola. Al Betis de Pepe Mel le da igual todo. El Betis de Pepe Mel está por encima de todas las cosas, todos los problemas y por supuesto todos los rivales que se le ponen enfrente porque al final siempre hace lo mismo: ganar, ganar y ganar. Y así hasta doce veces en las diecisiete jornadas que se han celebrado ya en Segunda, la última frente al Tenerife en el estreno de Rafael Gordillo como presidente del club de las trece barras. Tres goles, tres, a modo de bienvenida para el mejor 3 de la historia verdiblanca. Toda una metáfora.

El Betis de Mel y Gordillo es el líder indiscutible de la categoría de plata y ni siquiera necesitó bajarse las medias para derrotar al penúltimo de la fila (último ahora). El Tenerife formaba parte de la lista de candidatos al ascenso cuando comenzó la campaña, pero a día de hoy no queda rastro alguno de esa condición. Ahora es un flan colectivo al que le tiemblan las piernas, y no digamos la defensa. Con todos los respetos para ellos, ni Sergio Aragoneses ni David Prieto pueden ser titulares en un equipo que quiera pensar en algo más que la permanencia, y a Melli ya lo conocen los béticos. En Heliópolis no tenía nada más que ofrecer y da la impresión de que ni en las Islas Afortunadas escapa de su mala fortuna.

Los 26 puntos que separan al Betis del Tenerife no son producto de la casualidad. El Tenerife no gana por mucho que se empeñe (tres veces lo ha conseguido hasta ahora) y el Betis ha llegado a un punto en el que vence casi por inercia. A veces lo logra con un fútbol apabullante, brillante; otras, con un juego gris tirando a negro y mucho sufrimiento; y siempre, siempre, con una pegada diríase que sin parangón en toda la historia de la división de plata.

En el Heliodoro, donde el Betis se fue a Segunda en 1989 y Mel jamás había ganado, tocó la versión del mínimo esfuerzo pero no variaron los protagonistas. Achille Emana y Rubén Castro, quiénes si no, necesitaron apenas media hora para alardear de eficacia y hundir a su oponente, al que de nada le valió emprender la aventura con más iniciativa que su visitante, algo aletargado en el trabajo defensivo de sus tres centrocampistas e incluso indolente ante las subidas de Marc Bertrán. La puntería cambió todo, una vez más. Primero fue un zurdazo impresionante de Emana. Después, una buena vaselina de Rubén que contó con la ayuda por todo lo alto (nunca mejor dicho) de Aragoneses. Por último, una asistencia involuntaria del ex sevillista David Prieto a Emana. Y a partir de ahí, siesta general, un poco de Goitia, un poco de suerte (remate de Mikel Alonso al larguero) y a otra cosa...

Así es este Betis y así ganó en Tenerife. Broche fácil a un año difícil que empezó con Lopera y termina con Gordillo previo paso por Oliver. En Canarias se inauguró un nuevo ciclo y el punto de partida fue otro partido de tres puntos, porque para el Betis de Mel no hay puntos de partida sino puntos y seguido... entre victoria y victoria. 2010 se marcha y el equipo verdiblanco lo despedirá como líder con cinco puntos más que el Rayo, seis más que el Celta y un deseo: celebrar las próximas Navidades en Primera. -->-->-->-->-->-->

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