Rubén Castro festeja el 1-1 perseguido por Ezequiel y Jorge Molina.
El Betis volvió a ganar después de una pesadilla que duró casi tres meses, desde el 22 de septiembre al 10 de diciembre, y gracias a su victoria sobre el Valencia se salvó de caer en los puestos de descenso, a los que estaba condenado con el 0-1 que lucía el marcador del Villamarín en el minuto 90. Protagonistas del final del suplicio hay unos cuantos, desde el entrenador a Juanma, autor de dos asistencias que lo reivindican después de mucho tiempo relegado a un plano secundario en el escalafón del equipo, pero por encima de todos vuelve a irrumpir una vez más el de siempre, el que casi nunca falla desde que llegó a Heliópolis hace unos 17 meses. Se trata, cómo no, de Rubén Castro.El delantero canario ha reaccionado de una manera espectacular al banquillazo que le propinó Pepe Mel en Pamplona. Era la primera vez que el técnico lo envió al sitio de los suplentes y la decisión, aunque inédita para Rubén, era lógica. No veía puerta desde la segunda jornada, desde el choque contra el Mallorca, y daba la impresión de que no terminaba de superar el mes que estuvo de baja por la lesión que sufrió en aquel mismo encuentro (esguince de grado 2-3 del ligamento peroneo-astragalino anterior). Entre la convalecencia y la readaptación a la competición, el atacante acumulaba doce jornadas sin marcar, pero en el Reyno de Navarra cambió la tendencia y contra el Valencia se invirtió del todo.
En resumen, Rubén ha hecho tres goles en los dos últimos compromisos y suma cinco en lo que va de campeonato. Aunque parezca mentira, ya ha igualado su récord de toda una temporada en Primera, los cinco que marcó para Las Palmas hace una década, en la 01-02, así que uno más y será su mejor año en la categoría. Más allá de lo cuantitativo, lo importante es que sus dianas han sido fundamentales. Sólo la de Pamplona no valió nada, pero las del sábado reportaron los tres puntos al Betis, y no son los primeros. Antes, en las dos primeras jornadas, Rubén ya había facilitado otros cuatro puntos a su equipo, dos en Granada y otros dos ante el Mallorca (sus tantos convirtieron sendos 0-0 en sendos 1-0 a favor). En total, el Betis debe 7 de sus 16 puntos a su mejor ariete. Es decir, casi la mitad.
Los goles de Rubén siguen siendo tan decisivos que todos han llegado en los tramos finales de los partidos. Ante el Granada, en el minuto 87; frente al Mallorca, en el 86; en Pamplona, en el 80; y contra el Valencia, en el 90 y el 94. En otras palabras, los cinco subieron al marcador en los diez últimos minutos de cada envite y cuatro, los que dieron puntos, son del 85' en adelante.
PRIMER DOBLETE LIGUERO. No acaba aquí el panegírico de Rubén, que el sábado anotó su primer doblete en la Liga con la camiseta del Betis. Parece increíble pero es cierto. De sus 27 goles de la pasada campaña en Segunda, 24 fueron de uno en uno en 24 partidos distintos y los otros tres los logró de golpe en el 4-1 contra el Numancia de la 36ª jornada. En la Copa sí alcanzó un doblete, en aquel maravilloso partido de vuelta de los octavos de final contra el Getafe.