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El Betis, en Mónaco, rumbo a la máxima competición europea

La victoria del Betis ante el Mónaco, le llevó a la Liga de Campeones. El sorteo llevó al equipo al "grupo de la muerte", con Anderlecht, Chelsea y Liverpool.

el 03 mar 2010 / 09:23 h.

Locura por una entrada. Agosto es un mes vacacional en Europa. Y no digamos en Sevilla debido a las temperaturas altísimas, que dejan vacía la ciudad. Mónaco es, en agosto, el epicentro del glamur, el lujo, el juego y las bellezas. Pues bien, el bombo del sorteo de la eliminatoria previa al grupo de Champions League decidió un emparejamiento Betis-Mónaco para determinar cuál de los dos alcanzaría la gloria de la Liga de Campeones. Y más, en agosto del año 2005, cuando las vacaciones están en su punto álgido habrían de jugarse los dos partidos. Malas fechas pues los aficionados desconectan y traer de las playas a los seguidores era una ardua tarea aun jugándose el Real Betis Balompié una previa que le llevaría a uno de los logros más importantes de su historia.

Un gol de Edu en los minutos de descuento dio esperanza a la tropa verdiblanca, que tenía además una Supercopa ante el FC Barcelona, también en agosto, pero que los barcelonistas dejaron vista para sentencia con su victoria en Sevilla (0-3), que dejó a los de Serra Ferrer con la mente puesta en la vuelta de Mónaco. El 23 de agosto esperaba en el Louis II de la capital monegasca un partido a cara de perro para meterse en Champions. Mónaco era esos días la concentración de los dirigentes UEFA ya que se disputaba ese viernes la final de la Supercopa de Europa entre el Liverpool y el CSKA de Moscú. Ese mismo día era el sorteo de los grupos y el equipo que entrenaba Didier Deschamps era fortísimo con jugadores de talla como Squillaci, Evra, Kapo o Adebayor.

Cuando partíamos con destino a Mónaco desde Sevilla, después de solucionar Serra Ferrer y Lopera un problema con Oliveira, que decidió viajar tras no pocos inconvenientes, además había preocupación por el escaso margen, un solo gol, el potente equipo del Mónaco y la fuerza que tienen los monegascos ante los dirigentes europeos, de fiesta hasta la final de la Supercopa de Europa y el sorteo. Esos días los periódicos ofrecían la marcha del fichaje más caro de su historia, Denilson, al Girondins de Burdeos y la llegada al Sevilla procedente del Tottenham de Kanouté.

Muchos dirigentes acompañaron al equipo desde Sevilla, Ángel Martín, José Luis Arredondo, Manolo Castaño, José Luis Jiménez Núñez, Gregorio Conejo y en Mónaco les esperaban Jaime Rodríguez Sacristán, Balbino de Bernardo, Francisco Nuchera y el doctor Víctor López, buen conocedor de la zona por sus viajes al Centro Europeo de Cardiología con sede en Montecarlo. Ni en la previa, ni en ninguno de los partidos que jugó después fuera de Sevilla el Betis en Champions, estuvo Manuel Ruiz de Lopera.

En todo lo alto de Montecarlo, sobre un risco en el que se divisaba de forma espectacular la ciudad con sus playas, el circuito de velocidad y el puerto con los yates de lujo, el Hotel Palace Vista encima de la curva en la que falleció en accidente de tráfico Grace Kelly, la Princesa de Mónaco, con un monolito que recuerda el suceso, fue el lugar de concentración antes de aquel importantísimo partido.

Espectacular fue el encuentro. Había más cartelería y expectación para el Liverpool-CSKA de Moscú que se jugaba 3 días después. No era extraño pues poca afición, y más en agosto, hay hacia el equipo local. Oliveira se desquitó de los dimes y diretes que había habido sobre su participación, marcando dos goles decisivos, el segundo en jugada personal sensacional, y Doblas paró un penalti que injustamente señaló el eslovaco Lubos Michel. El 2-2 dio el pase al Betis, que el viernes entraba en el bombo de los grupos de la liguilla de Champions y donde iba a tener la poca fortuna de que en su grupo junto al Anderlecht le tocaran los dos cocos ingleses del Chelsea de Mourinho y el Liverpool, que había ganado la Champions, de Rafa Benítez.

Bruselas, primer destino. Tras perder el primer partido en casa frente al Liverpool, el Betis acudió a finales del mes de septiembre a Bruselas para jugar ante el Anderlecht. Se enfrentaban en Londres los dos equipos ingleses del grupo. En Stamford Bridge Chelsea y Liverpool empataron a cero, lo que daba un gran interés al partido en Bruselas dado que los puntos en juego te acercaban a un punto del liderato. No comenzó bien aquel viaje. Hubo retraso en el avión de una compañía croata que era la encargada de llevarnos a la capital belga. En el almuerzo oficial en el Hotel Conrad hubo sus más y sus menos por lo publicado en Sevilla sobre unos presuntos problemas en la aeronave y los motivos del retraso. Ángel Martín, que había representado al Betis en el almuerzo con el Anderlecht con otros consejeros, nos pidió que esperáramos su llegada para ofrecernos sus explicaciones, pues otros consejeros se habían quedado en el hotel para acompañar a la prensa en la comida habitual en los desplazamientos por Europa. Al final todo quedó solucionado por la buena voluntad ofrecida por las dos partes.

En el coqueto estadio Constant Vandem Stock, donde hubo muchísimos béticos, entre ellos una Peña Bética radicada en Brujas, de nuevo apareció Ricardo Oliveira con su gol que le daría al Betis la victoria y los 3 puntos para poder soñar que una plaza podría disputarla a los equipos ingleses. Aquella madrugada a la llegada al aeropuerto de San Pablo procedentes de Bruselas, una victoria había devuelto la ilusión al beticismo, que esperaba el milagro Champions en los campos ingleses de Londres y Liverpool.

El Chelsea espera. He tenido la fortuna, la suerte y la dicha de poder conocer a fondo, por dentro y fuera, los estadios de los cuatro grandes equipos del fútbol inglés: Manchester United, Liverpool, Arsenal y Chelsea. El culto al fútbol en su máxima expresión y aquellos que lo engrandecieron siguen siendo el santo y seña para los inventores del más popular de los deportes.

El partido ante el Chelsea era un magnífico motivo para viajar hasta Londres. Fueron tantos los amigos que vimos en la capital británica que será casi imposible enumerarlos a todos. Recuerdo a Gerardo Martínez Retamero, Juan Salas, José Manuel Campos, Rogelio ‘Trifón' Gómez, el notario Antonio Escobar, Antonio Gordo, Jaime Hartillo y mi querido Juan Moya, que tendrá su suscripción en el reino celestial. Aquel paseo con Luis Carlos Peris, metro arriba y abajo, mi visita a mi querido Hotel Mount Royal en la esquina de Mabel Arch con Oxford Street en el que me alojé unos buenos días esperando a Manolo Rodríguez en la gira del Sevilla con Wallace.

Todo ello culminó con el acto de Turismo de Sevilla, para el que tuve que hacer un texto en español que traducido al inglés se proyectaba en una pantalla con imágenes de Sevilla. Todo salió bien, pues asistieron casi todos los responsables de los operadores londinenses al estadio del Chelsea.

Volviendo a lo deportivo, en el año 1.998 el Betis de Luis Aragonés cayó eliminado en Stamford Bridge. Ahora, aun siendo liguilla, el resultado de 4-0 dejaba clara la diferencia entre el Betis y uno de los mejores equipos de Europa, con figuras como Terry, Carvalho, Essien, Makelele, Lampard, Drogba o Robben, y Mourinho como técnico. En aquel partido, junto a la derrota, vendría la gravísima lesión de Miguel Ángel.

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