Víctor López García-Aranda, cardiólogo y ex consejero.
El Betis, tan atrás en otros muchos capítulos de la gestión de un club de fútbol, es sin embargo un modelo en prevención de episodios cardíacos. Mucho tiene que ver el hecho de que el jefe de sus servicios médicos, Tomás Calero, sea también el jefe de la unidad de rehabilitación cardíaca en el Fremap y que en su día formasen parte del consejo de administración dos hombres relacionados con la medicina, Víctor López García-Aranda (jefe clínico del servicio de Cardiología del hospital Virgen Macarena) y Antonio Álvarez. El club verdiblanco, sin ir más lejos, fue pionero en España en la instalación de un desfibrilador a pie de campo en el estadio. "Fue mucho antes de que ocurriese lo de Puerta. Por unos días nos adelantamos al Madrid y al Barcelona", apunta Víctor López. Hasta que las autoridades obligaron a los clubes a tener un aparato así en todos los estadios (marzo de 2009), el Betis incluso llevaba su propio desfibrilador a los partidos en que actuaba de visitante.Actualmente, el Betis contrata una UCI móvil para los días de partido. Es decir, una ambulancia y un equipo de tres especialistas (un médico intensivista, un enfermero y un auxiliar para el transporte) que se colocan junto al banquillo. En caso de emergencia en el césped, los encargados de actuar serían ellos. "Si lo de Salamanca ocurre en nuestro campo, no salen ni Tomás ni Santiago [Pérez Hidalgo, el otro médico del equipo], sino ellos", explica José María Montiel, fisioterapeuta del Betis. Este equipo dispone del material necesario, desfibrilador incluido, para intubar al futbolista allí mismo, inyectarle adrenalina o monitorizarlo para vigilar sus constantes vitales antes de trasladarlo. Y en el pasillo de vestuarios hay una camilla de evacuación rápida. Es un equipo de soporte vital avanzado. La ayuda a Miguel García en el Helmántico fue la propia de un soporte vital básico; es decir, menos completa.
Además de esta UCI móvil, el Betis cuenta con otros dos desfibriladores que la Cruz Roja distribuye en la grada por si algún espectador sufre un episodio cardíaco. Una de esas máquinas permanece luego en la ciudad deportiva, para los entrenos y los encuentros del Betis B. Estos desfibriladores semiautomáticos son muy sencillos de utilizar. "El propio aparato, a través de una voz automática, te indica los pasos", explica Víctor López.
Aparte de este soporte técnico, todo el personal sanitario del club realiza un curso de reciclaje de resucitación cardiopulmonar cada año. Hasta la plantilla recibió estas enseñanzas en anteriores campañas. Y en el proyecto que Calero presentó a la anterior directiva figuraba una petición para que haya un servicio médico permanente en la ciudad deportiva.