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El Betis impone su mayor experiencia y además le hace un 'rosco' al Sevilla

El ocho verdiblanco rompió ayer una sequía de tres años sin triunfos y se impuso con holgura en la XLII Regata Sevilla-Betis. (Fotos: Gregorio Barrera).
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el 14 sep 2009 / 22:37 h.

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El ocho verdiblanco rompió ayer una sequía de tres años sin triunfos y se impuso con holgura en la XLII Regata Sevilla-Betis, haciendo valer su mayor experiencia y, sobre todo, el hecho de remar por la orilla propicia. El alegrón fue completo para los de Heliópolis, que endosaron un 'rosco' a su rival en las cuatro categorías.

Conforme avanzaba la mañana, y a la par que aparecían algunos nubarrones en lontananza, parecía evidente que no iba a ser un día apacible para el Sevilla y sí para el Betis. A los triunfos en veteranos, juveniles y féminas les faltaba el colofón del duelo absoluto, cuyo pronóstico era más incierto que nunca ante el cúmulo de bazas favorables al ocho heliopolitano. Y así fue.

En efecto, el bote bético hizo caso omiso a los precedentes e impuso sus armas, si bien no fue un camino de rosas. Es más, el ocho sevillista capitaneado por Aguirre buscó el factor sorpresa en el inicio y orilló en exceso buscando el Náutico para tratar de cobrarse una ventaja que desmontara la estrategia del rival.

Así, la lid se mantuvo equilibrada hasta el ecuador, tanto como en la anterior edición aunque sin la marrullería del choque de remos. Un pulso, pues, emocionante y limpio que no empezó a decantarse hasta que ambas embarcaciones se aproximaron al Puente de Triana, ya con el Sevilla en el centro del canal y con el Betis buscando el margen favorable de la curva de Chapina.

El bote nervionense enseñó la proa a su oponente por momentos, pero en la única colisión de palas de toda la regata perdió su ritmo acompasado y veloz, quedando a merced de un bote bético dispuesto a aprovechar el giro de marras del curso fluvial para encarar con ventaja el recta hacia el CEAR.

a por todas. Ocurrió como estaba previsto y el octeto verdiblanco no se vino abajo esta vez, demostrando que la compenetración de sus integrantes crece cada año, abriendo una brecha de una embarcación y media que resultaría irreversible.

Con la urgencia de ganar como estímulo y el refuerzo significativo del argentino Marcos Morales -el Sevilla, en cambio, echó en falta a su subcampeón mundial, Tata Florido-, los béticos se lanzaron firme y decididamente hacia un triunfo seguro sin que los de Nervión ofrecieran resistencia alguna. La insultante juventud de su bote -cuatro de los ocho aún sin mayoría de edad-, por mucho que el potencial muscular sea enorme, resultó determinante.

El Betis redondeó la mañana con un triunfo sin discusión y aplaudido por los cientos de aficionados que se congregaron en torno al río.

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