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El Betis maneja el corazón del drama

A fuerza de sobrevivir en el ojo del huracán verdiblanco, el Betis de Mel ha terminado por aqduirir la costra del superviviente más endurecido. Con decenas de pequeños dramas internos a cuestas, el Betis conquistó el Helmántico y el liderato entre más escenas dramáticas: nada que no pueda asumir este equipo.

el 24 oct 2010 / 19:10 h.

Si se observan a fondo las tremendas imágenes del desplome de Miguel García en pleno centro del terreno de juego del Helmántico, podrá comprobarse como, casi de inmediato, un hombre toma el control de la situación y demanda la presencia inmediata de los auxilios de urgencia. Ese hombre, con chaqueta y corbata sobre un torrente de sangre fría, es Pepe Mel. Cuando hay jugadores unionistas desbordados por las lágrimas y la incredulidad, y cuando muchos en la banda ni se habían apercibido de la situación, el entrenador del Betis ya lo tenía claro: era ‘Alerta Roja"

Y así navega el Betis de Mel: en esa alerta máxima, luces encendidas y la tropa lista para un ataque relámpago. Será malo o bueno, pero  este equipo del Betis no es ahora gente de lágrima fácil. Con la que viene cayendo en Heliópolis, la Ley Concursal humeando, los navajeos internos y las permanentes noches de cuchillos largos, despachos, bancos y juzgados, el Betis vive y juega... con el cuchillo entre los dientes, listo para atacar o ser atacado. Las situaciones de estrés y tensiones permanentes endurecen sentimientos, agudizan ingenios, afilan puñales. En ese desasosiego vital, eterna luz de navajas al amanecer, el Betis de Mel ha sumado... 22 puntos sobre 27 posibles. Sólo cedió los tres de Albacete y aquellos dos agónicos del empate en las Palmas.

Mel y Paredes, dos viejos zorros del fútbol, han acorazado al equipo como dentro de un pulmón de acero: un compartimento estanco y aislado, inmune a la crisis bética de cada día. Cuando se desplomó Miguel García, el Betis ya tenía ganado el partido y consolidado el liderato. Llegaron los miedos, la preocupación y las lágrimas de público y jugadores charros... mientras Mel exigía velozmente los equipos de socorro. Una vez evacuado García, y disuelto el ánimo de la Unión salmantina, el Betis siguió golpeando, inmune al drama. Con un punto inhumano, si se quiere: de superviviente nato. Lo que es este Betis.

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