La última vez que el Betis fue tercero de la Liga española ocurrió cuando la histórica temporada 2004-05 estaba bien avanzada, así que el hito es importante, pero el impecable arranque de este equipo que dirige Pepe Mel no confunde a los responsables del club verdiblanco. En la mente de quienes dirigen la entidad no anida más prioridad que la salvación, aunque la posición ilusiona, para qué engañarse. "Estoy muy orgulloso, por supuesto que ir terceros sube la moral de todo el mundo, pero esto es muy largo y lo que esperamos es acceder a los puntos que garanticen el objetivo principal: la permanencia", dijo ayer el presidente, Miguel Guillén.
El magnífico principio de campeonato, sin embargo, se traduce en buenas caras y mejor ambiente en todo acto relacionado con el club. Y Guillén es el primero en transmitir esa imagen. "Si después de la permanencia se puede aspirar a algo más, encantados de la vida. Ha llegado el momento de que los béticos también disfrutemos, aunque está claro que debemos tener los pies en el suelo", añadió.
Desde el Betis se intenta compaginar la ilusión con la prudencia, pero el caso es que ver al equipo de las trece barras en la tercera plaza de la Liga es un hecho muy inhabitual en los últimos años. Tanto, que la última vez que brilló tan arriba fue hace seis años, en la recta final de la campaña 04-05. Fue en concreto tras la 29ª jornada, después de ganar al Albacete en casa por 2-1, cuando el conjunto de Lorenzo Serra Ferrer ascendió desde la quinta a la tercera posición, con 48 puntos, a 9 del Real Madrid y 20 del Barcelona. No le duró mucho, ya que a la semana siguiente visitó precisamente al líder y empató 3-3 en aquel partido en que bailó al Barça con un jugador menos (llegó a ir 1-3) hasta que acabó sucumbiendo a Pino Zamorano. El empate lo mandó al cuarto puesto.
