Donde las dan las toman y el Betis se la devolvió al Tenerife veintidós años después: esta vez son los verdiblancos los que se van disparados a Primera y los tinerfeños, que el curso pasado militaron en la máxima categoría, los que descenderán sin remisión al pozo de Segunda B.
La fiesta del ascenso interruptus bético empezó a celebrarse incluso antes de comenzar el partido, que en los compases iniciales quedó sentenciado con dos goles de Rubén Castro (4’) y Salva Sevilla (18’), que ahuyentaban cualquier riesgo de espantá , aunque el 2-1 de Julio Álvarez (37’) dio qué pensar durante unos minutos, hasta que Isidoro se soltó el pelo por su banda y anotó el 3-1 justo antes del descanso.
La segunda parte fue puro relax, con la afición entonando todo tipo de cánticos y el Tenerife sin poder superar nunca la barrera que había puesto en medio campo Iriney, y en caso de consegurilo, Casto respondió siempre con paradones de mucho mérito que hicieron inútil cualquier intento de milagrosa reacción visitante.
Tras esta victoria –la 23a de la temporada, récord absoluto en la historia del club–, sólo una alineación nunca vista de astros, resultados inimaginables o alguna zarabanda de los comités podría dar al traste con un ascenso que hoy mismo puede ser también matemático y el domingo tan real como la vida misma.
Un nuevo triunfo en Tarragona, o incluso un empate, o hasta la derrota, según se dé en otros campos, bastará para que el AVE en el que regrese la expedición bética de tierras catalanas sea un jolgorio como aquel que se vivió en mayo de 1994, a la vuelta de Burgos, que ponía fin a un negro trienio en Segunda y a un lustro continuado de penurias desde el fatídico 4-0 del Heliodoro Rodríguez ante el hoy desahuciado CD Tenerife de David Amaral (entrenador), Quique Medina (segundo) y Toño (secretario técnico), entonces jugadores chicharreros y verdugos de aquel Betis de Retamero, Pumpido, Manolo Hierro, Gail, Calderé, López Ufarte o Rincón, al que dirigió Pedro Buenaventura en la promoción –antes habían sido cesados Cayetano Re y Eusebio Ríos– con Luis Aragonés en la sombra, pues iba a ser el entrenador si el equipo se quedaba en Primera.
La ruina. Cayó entonces el Betis en un agujero negro, de ruina deportiva y económica, que dio paso a su conversión en SAD y la historia que todos ustedes ya saben: la UVI, Lopera, Serra, el ascenso de Burgos, la tercera plaza del 95, Finidi, Alfonso y Jarni, la final de Copa y el temporadón del 97, Luis Aragonés (ahora sí, ocho años después), Cantatore, Clemente, Griguol, Hiddink y un ominoso descenso en 2000, Fernando Vázquez, Joaquín, Gordillo, Faruk, Del Sol y Chaparro en Jaén, los bocadillos de aceitunas que se iba a comer bajo un puente antes de vender el Betis, Juande, otra vez la UEFA, Víctor Fernández, la vuelta de Serra, la Copa de 2005, la Champions, Hacienda que condena a Lopera y la oposición que empieza a organizarse y el beticismo de a pie a tomar conciencia de que el loperismo fue una gran mentira desde el minuto uno al noventa.Irureta, Luis Fernández, Chaparro, Cúper, otra vez Chaparro, Nogués, el descenso de 2009, Tapia, Víctor Fernández, la ‘venta’ a Luis Oliver, la jueza Alaya....
Este ascenso, el del Betis de Mel, los administradores judiciales/concursales y Gordillo presidente (que ya ascendió dos veces de jugador, en 1979 con León Lasa y en 1994 con Serra, aparte de ser delegado del equipo en el ascenso de Jaén en 2001) no por precoz y esperado carece de especial trascendencia, pues abre las puertas a un nuevo Betis después de 19 años bajo el yugo de Lopera, que realmente se llegó a creer que el Betis era él y que sin él no había futuro. Y el futuro empieza hoy mismo: certificando el ascenso y empezando a poner los pilares de un nuevo Betis, de un Betis de los béticos, moderno, estructurado, sin Lopera y sin caudillos. El camino andado ya es irreversible.
Ficha técnica:
3 - Real Betis: Casto; Isidoro, Roversio, Belenguer, Alex Martínez; Jonathan Pereira (Ezequiel, m.57), Iriney, Beñat (Cañas, 62), Salva Sevilla (Juanma, m.73); Rubén Castro y Jorge Molina.
1 - CD Tenerife: Sergio Aragoneses; Marc Beltrán, Pablo Sicilia, Ezequiel Luna, Bellvís; Germán (Omar, m.55), Ricardo, Mikel Alonso; Julio Álvarez, Iriome; y Kitoko (Juanlu, m.79).
Goles: 1-0, M.04: Rubén Castro, de penalti. 2-0, M.18: Salva Sevilla. 2-1, M.37: Julio Álvarez. 3-1, M.45: Isidoro.
Árbitro: José Ramón Piñeiro Crespo (Comité Asturiano). Amonestó al local Pablo Sicilia (m.04).
Incidencias: Partido disputado en el estadio Benito Villamarín ante unos 49.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.