La Real Sociedad es el líder de Segunda y no hay quien le discuta la justicia de esa plaza: la ha ocupado en 17 de las 37 jornadas y en total sólo estuvo fuera de la zona de ascenso en los cinco primeros partidos. El equipo donostiarra, sin embargo, ya no es el mismo de antes. Sigue siendo una escuadra sólida, y de hecho nunca ha estado más de tres jornadas consecutivas sin ganar al menos un encuentro, pero en las últimas semanas ha empezado a tener serios problemas de salud en ataque y de momento su entrenador, el uruguayo Martín Lasarte, no halla la medicina necesaria para curarlos.
Los datos son muy significativos. El líder, que en el ranking ofensivo de Segunda tampoco sería de los más destacados y ocuparía el decimotercer puesto, no ha marcado ningún tanto en los dos últimos partidos (0-0 con el último, el Castellón, y el penúltimo, el Real Unión) y sólo ha hecho tres en las ocho últimas jornadas. En toda la segunda vuelta apenas ha marcado 13 dianas, la tercera peor marca de la categoría (el Huesca lleva 12 y el Salamanca, 10); a estas alturas de la primera vuelta ya sumaba 23. Y si se mira su cuenta fuera de casa en esta segunda ronda, la crisis se acentúa más todavía, ya que la Real sólo ha celebrado tres goles en sus ocho desplazamientos (en Murcia, Huesca y Cartagena); aquí sí que tiene el peor récord de toda la división de plata.
El empeoramiento de la crisis ofensiva blanquiazul no tiene nada que ver con las lesiones, que esta semana han convertido en duda a sus dos principales goleadores, Bueno y Agirretxe. El uruguayo, pichichi realista con ocho goles, se lesionó en abril, pero su segunda vuelta no estaba siendo nada lúcida y de hecho no ve puerta desde el 21 de marzo ante el Levante. El canterano, segundo realizador con seis dianas, lo lleva peor: acumula cero goles en la segunda vuelta y el último que se le recuerda data del 9 de enero. "Esto va por rachas. No nos preocupa porque sabemos que el gol llegará. Ojalá sea contra el Betis", dijo ayer Nsue, posible delantero titular en Heliópolis.
La Real, a pesar de todo, es líder y mantiene cierta holgura respecto a sus perseguidores. La razón está en su consistencia defensiva, que no entiende de malas rachas. El conjunto vasco lleva tres jornadas sin encajar un solo gol y ha recibido uno en los cinco últimos partidos.