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El Betis reprocha a Mel la reunión con los ultras

En un comunicado, el club afirma que "no tolera"la entrada de los supporters en el entrenamiento, que fue autorizada por el entrenador.

el 01 nov 2013 / 14:47 h.

BETIS 13-14El consejo de administración del Real Betis hizo ayer un comunicado para exponer su desaprobación sobre la reunión que mantuvo el entrenador, Pepe Mel, con representantes de los Supporters en el entrenamiento del pasado martes en la ciudad deportiva. La decisión del preparador madrileño de atender a los ultras, que, según explicó después, amenazaban con interrumpir la sesión de trabajo del equipo, ha originado muchas críticas hacia la entidad y el propio Mel, entendiendo que habían asumido en ese episodio una coacción por parte del grupo radical, que mantuvo una conversación de unos minutos con Mel y dos de los capitanes, Jorge Molina y Nacho, tras la goleada encajada en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid. Tres días después el órgano rector del club, tras reunirse en la tarde del jueves, la del partido ante el Levante, publicaba ayer en la web oficial una nota en la que declaraba que “oficialmente no puede tolerarse, bajo ningún concepto, la interrupción del entrenamiento de los jugadores por la presencia de personas ajenas al Club. La tranquilidad en este espacio es esencial para garantizar su rendimiento”. En el texto, el consejo califica el episodio con los aficionados radicales verdiblancos de “graves sucesos” y manifiesta que “hará cumplir con todo rigor esta norma, que afecta tanto a aficionados como a todo el personal del Club”. “La seguridad estuvo garantizada en todo momento. Concretamente este día había sido especialmente reforzada. Si se produjo la presencia de aficionados en el recinto de entrenamiento, estrictamente reservado, fue por autorización expresa del personal del Club”, manifestaba el comunicado refiriéndose claramente a la figura del entrenador, que fue quien autorizó a los Supporters a conversar con él y con los dos capitanes, sin que la escena pasara a mayores. Incluso hubo apretón de manos entre las partes. El comunicado, además, y en un segundo apartado, también expresa una “condena rotunda a cualquier manifestación violenta” a propósito de los enfrentamientos entre los ultras béticos con la afición del Vitória de Guimaraes. “El consejo y, tal y como expresó el presidente Miguel Guillén esta misma semana, insiste firmemente en la defensa permanente de los valores deportivos sobre cualquier comportamiento extremo”, en una correlación de acontecimientos que sin duda han menoscabado la imagen del Betis. El consejo también expresaba, en la apertura de la nota, “su satisfacción por el enorme esfuerzo del equipo durante el partido con el Levante, que a pesar de contar con un jugador menos, no abandonó en ningún momento el espíritu de lucha y superación”. Ya en la previa del partido ante el conjunto azulgrana, Mel se mostró significativamente molesto con las preguntas sobre su gestión del episodio con los ultras, evidenciando que ya había recibido la desaprobación de los rectores. La noche antes, en distintas emisoras de radio, trató de justificar su decisión, en aras de evitar una  situación más complicada. Es evidente que todo este incidente viene a mostrar un cierto distanciamiento entre la cúpula del club y el entrenador, que en muchos casos ha asumido, con la anuencia de los rectores, la portavocía de la entidad, a la que se ha acusado, en muchos de esos episodios, de dejar solo a Mel. El entrenador fue, por cierto, quien tomó la decisión de que el entrenamiento en cuestión donde se produjo el incidente fuese a puerta abierta, e igualmente fue quien optó por dar una rueda de prensa urgente el lunes tras la goleada en el Calderón y la caída a puesto de descenso, con la que escenificó un exceso de dramatismo cuando la Liga camina aún por la jornada 11, y en el que el club también fue criticado por no arropar al técnico en esa comparecencia.

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