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El Betis se empeña en no avanzar

El conjunto de Velázquez cosecha su segunda derrota consecutiva, esta vez ante el Sunderland. Segundo partido sin marcar y enésima concesión en defensa.

el 08 ago 2014 / 11:38 h.

Wickham protege el balón ante Cedrick. Foto: AFC Sunderland Wickham protege el balón ante Cedrick. Foto: AFC Sunderland El Betis volvió a perder por segundo día consecutivo ante su segundo rival de la Premier, el Sunderland, que aprovechó dos fogonazos en la recta final (ambos tras desaplicaciones de la defensa verdiblanca) para propinar a su oponente una nueva derrota que incrementa las dudas, muchas, sobre su fiabilidad. El equipo de Julio Velázquez, que ha sido incapaz de ver portería ante los dos rivales más potentes de su pretemporada inglesa, sigue sin dar indicios de mejoría y regresa de Inglaterra con más dudas que certezas. Certezas positivas, se entiende, porque negativas hay unas cuantas. El partido fue desangelado. No contribuyó que se jugase en Heritage Park, un campo poco menos que de barrio, en vez del Stadium of Light. Tampoco ayudó la ausencia de N’Diaye, que habría puesto esa pizca de morbo que siempre necesita cualquier contienda deportiva que se precie. Pero la culpa de verdad fue de los futbolistas, que se enzarzaron en un choque rutinario, sin sobresaltos, sin afán por buscar a Mannone o Adán. Puede rescatarse muy poco o nada de ese primer tiempo. Si acaso, que Velázquez volvió a utilizar a Perquis en el centro del campo. Podría inferirse que la pareja formada por Bruno y Jordi cada vez gana más posibilidades de ser la que comience la Liga, por las veces que han compartido responsabilidad en la pretemporada, pero si depende de su rendimiento... Y arriba hubo elementos de sobra para esperar algo, pero la práctica estuvo lejos de la teoría y no se produjo un solo remate peligroso de los verdiblancos. El meta local intervino una vez, en el minuto 40, y el lanzamiento de Xavi Torres, para qué engañarse, no era precisamente venenoso. La mejor noticia para el Betis, por rebuscar alguna, fue que no sufrió en exceso en defensa. El Sunderland, tosco donde los haya, puso algo de ardor en los primeros minutos y Giaccherini lanzó alto desde la frontal, Larsson mandó fuera un remate cruzado, el árbitro anuló un gol por fuera de juego (y menos mal para el Betis, porque Álex Martínez midió mal el salto y facilitó la penetración) y Rodwell obligó por fin a Adán a recordar que estaba allí para algo (22’). Y paren de contar. La segunda parte no cambió la triste cara del Betis. Su míster reemplazó a los hombres de banda y luego recurrió a Molina, pero la tarde no estaba para que los heliopolitanos ofreciesen ese salto de calidad que no llega, no llega y no llega. Al menos siguió tranquilo en defensa... hasta que entró Fletcher. Tras unos minutos de juego sucio y aburrimiento máximo, el delantero de los Black Cats revolucionó el partido para bien de los suyos y puso la primera piedra de la derrota verdiblanca, en colaboración con Bruno. A los dos minutos remató Wickham la faena tras otra mala acción de los dos centrales. El Betis, huelga decirlo, no tuvo capacidad de reacción.

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