Faltan cinco días para que el Betis comience la temporada de su reentrada en Primera, si la huelga de futbolistas no lo impide, y Pepe Mel continúa pendiente de que su plantilla acabe de configurarse.
En el último mes, que ya es tiempo, la única novedad de envergadura ha sido la marcha de Achille Emana al Al Hilal saudí , pero por lo demás, nada de nada. Desde que aterrizó el central Amaya, el 18 de julio, no ha habido ningún otro refuerzo ni ningún otro descarte, así que el técnico ve cómo hombres tipo Arzu o Fernando Vega continúan en un plantel sobresaturado mientras al mismo tiempo sigue sin ese central, ese centrocampista y ese delantero que tanto ansía. Para dos de esos puestos, sin embargo, los objetivos están marcados. En la defensa, Ustaritz Aldekoaotalora, del Athletic. Y en ataque, Daniel Güiza, aún en el Fenerbahçe.
Los dos jugadores tienen algo en común: hay un altísimo porcentaje de posibilidades de que no empiecen la campaña en sus actuales clubes. En el caso de Ustaritz, es uno de los descartes del míster argentino Marcelo Bielsa y el Athletic está encantado de abrirle la puerta de salida. En el caso de Güiza, está a punto de rescindir su contrato con el Fenerbahçe, que ayer incluso comunicó en la Bolsa de Estambul que ha empezado a negociar su traspaso a algún club extranjero. Las dos operaciones, sin embargo, se distinguen en su grado de dificultad.
Ustaritz sabe que no va a jugar en el Athletic y también que el Betis sí lo incluye en sus planes. La prueba más cercana es que el segundo de Mel, Roberto Ríos, estuvo conversando ayer con el zaguero vizcaíno, de 28 años. El exjugador verdiblanco, natural de Portugalete e hijo del difunto Eusebio Ríos, director deportivo del conjunto vasco en su día, está actuando de enlace en esta operación, aunque el Betis también prefiere esperar por si el mercado le ofrece una buena opción.
Lo que está claro es que Mel quiere un central más, y el último ejemplo es el quizá inesperado descarte de Juan Calahorro, con lo que el equipo, a día de hoy, sólo tiene a Dorado, Mario y Amaya. Ustaritz lleva seis temporadas en el primer equipo de los leones y su experiencia se resume en 85 partidos en Primera, sólo diez de ellos en la última campaña.
La compra de Güiza está algo más complicada. No por el deseo del futbolista, que anda igual que loco que su familia con la idea de defender el escudo del Betis, sino por los tejemanejes del hombre que le lleva los asuntos al jerezano, Enrique Pina, a la sazón presidente del Granada y hombre con fuertes vínculos en el mundo del fútbol . Tan fuertes son que incluso está efectuando maniobras subterráneas para empujar a su ahijado futbolístico lejos de Heliópolis en dirección a Los Cármenes.
Por algo dijo Vlada Stosic el lunes que se iban a encontrar con "muchas dificultades" a la hora de encontrar un delantero. Las maniobras de Pina para llevarse a Güiza al Granada han provocado el lógico disgusto en el Betis, aunque varios medios turcos ya adelantaban ayer que el Fenerbahçe podría haber alcanzado un acuerdo con el Betis para el traspaso de un jugador al que le quedan un año de contrato en el club otomano y más de 3 millones por cobrar.
La rescisión del contrato de Güiza estaba pendiente del posible descenso administrativo de su actual club por amaño de partidos, pero el acuerdo tendrá que llegar por otra vía porque la federación turca aplazó anteayer esa decisión. En todo caso, está por ver si los administradores concursales del Betis autorizarán que Güiza cobre lo mismo que ganaba Emana.
