Rivas en el Rayo-Betis. El Betis salió del descenso tras ese partido.
El Betis no es el Real Madrid de Segunda, pero sí uno de los grandes favoritos para el ascenso por muy mediocre e irregular que sea su rendimiento. El Betis es el Betis y si tiene a un campeón de Europa (Sergio García), un futuro mundialista (Emana) y futbolistas con experiencia de sobra en Primera, lo más coherente es considerarlo aspirante claro a retornar a la máxima categoría. Sin embargo, se cumplen ahora quince jornadas, más de un tercio del campeonato, y este mismo Betis ocupa la cuarta plaza, así que está fuera de la zona de ascenso. Lo malo es que esta situación es la habitual en lo que va de campaña, porque el conjunto verdiblanco, a pesar de sus nombres y a pesar de su favoritismo, sólo ha estado cuatro veces entre los tres primeros, siempre como segundo: lo logró al batir al Córdoba (3-0) en la primera jornada, luego recuperó la plaza tras hacer lo mismo ante el Recreativo (3-0) y la mantuvo gracias a su victoria en Albacete (1-3) y su empate con el Cartagena (0-0).En la sexta jornada, el Betis empató en Vallecas y descendió al cuarto puesto. Desde entonces no ha vuelto a formar parte del trío cabecero, de modo que ha estado en la zona de ascenso en cuatro jornadas y ha estado fuera en once. Y ahora por lo menos puede decir que va cuarto y tiene el objetivo a tres puntos, porque hace un par de semanas tocó fondo y bajó hasta la undécima posición.
Esta irregularidad del Betis no se advierte en quienes ocupan los puestos de privilegio. La Real Sociedad, líder, entró en la zona de ascenso tras la sexta jornada y desde entonces no la ha abandonado; en total, diez jornadas dentro de ella. El Hércules, segundo ahora, va ya por su séptima jornada en tan envidiable situación. Y el Cartagena, tercero, ostenta el récord, porque son ya catorce las jornadas allí; ha sido líder en ocho fines de semana y sólo falló al terceto de cabeza tras el primer partido. Hasta el Rayo Vallecano ha estado en ascenso más tiempo que el Betis, cinco jornadas en total, aunque a partir de la novena salió de ahí y su declive ha sido tal que ahora deambula por la undécima plaza.
La mínima presencia del Betis en el territorio que en teoría más debería frecuentar es preocupante, pero no para tanto. Sí lo son su juego, su inconstancia, su falta de carácter, su fragilidad defensiva, la poca o nula autoridad que inspira en sus adversarios y otros defectos que a Antonio Tapia le convendría resolver cuanto antes, pero la ausencia del Betis del trío puntero no debe ser un drama. Otros teóricos candidatos, como el Numancia o el Recreativo (dos jornadas cada uno), el Levante (cero), Las Palmas (cero), el Nástic (cero) y el Salamanca (cero) han tenido menos peso aún en la cima de la tabla.
Por infundir optimismo, casi podría decirse que la temporada está resultando buena (es un decir, claro) si se la compara con los dos últimos ascensos verdiblancos. En la campaña 00-01, a estas alturas, el Betis de Fernando Vázquez no había estado ni una sola jornada entre los tres primeros; tras la 15ª, casualmente, también iba cuarto. En aquella ocasión, el equipo dio el salto a partir de la 17ª: ahí se colocó tercero y en lo que restó de campeonato ya sólo salió del ascenso una sola vez, justo tras el debut de Luis del Sol. En la 93-94, por su parte, el Betis de Sergio Kresic sólo estuvo en ascenso en una de las quince primeras jornadas y llegó a ser undécimo hasta en tres ocasiones sólo en ese tramo. La progresión de aquel Betis fue no apta para impacientes: la primera vez que se coló entre los tres primeros fue casi al final de la primera vuelta (jornada 18ª) y en total sólo estuvo en la zona de ascenso en siete de las 38 jornadas.
