Maia, Portugal, 4 de agosto de 2002. El Betis de Víctor Fernández disputa un amistoso frente a otro conjunto verdiblanco, el Sporting Clube de Lisboa. La alineación lusa no tiene por qué decir nada al aficionado bético, pero en el minuto 77, con 2-1 a su favor, el técnico del Sporting realiza cuatro cambios. Uno de ellos es la sustitución de Rui Bento por un chaval de 17 años y medio que disfruta de sus primeros minutos con el equipo profesional del Sporting. Se llama Cristiano Ronaldo, aunque en las crónicas de esa época aparece como Ronaldo Cristiano. En el minuto 84, Alfonso logra su segundo gol de la noche y hace el 2-2. Luego, Prates evita que Casas marque el 2-3. Y en el último minuto, Cristiano Ronaldo sí ve puerta y precipita la derrota del Betis, que arrancaba así una pequeña gira que lo llevó dos días después a Grecia para caer 4-1 ante el Olympiakos. Seis años después, Cristiano es CR9, el futbolista más caro de la historia. El Real Madrid lo compró por 94 millones de euros y lo presentó ayer delante de 75.000 aficionados. Y el jugador, mucho tiempo más tarde, aún se acuerda de aquel bolo estival. "Laszlo Boloni [entrenador del Sporting en aquel momento] me convocó para un amistoso ante el Betis. Tenía 17 años y muchos sueños. Con 1-1, a veinte minutos del final, me llamó. La adrenalina subió. Entré y me concentré. Entonces me llegó el balón y marqué. Del anonimato pasé a ser portada", narra en su autobiografía, Moments, de 2007. Es más, en aquellos años incluso hubo ciertos rumores en Portugal que vinculaban a Cristiano con el Betis. Se decía entonces que Lopera pensaba en el joven extremo como recambio de Joaquín si el portuense se iba a Inglaterra. Qué tiempos aquellos...
