Rivas y Edu lamentan el descenso de 2009, ante el Valladolid en la última jornada / Javier Díaz
El Betis está a punto de descender a Segunda División. Lo puede hacer este mismo sábado, incluso antes de jugar contra la Real Sociedad. Si no sobrevive a este fin de semana, el conjunto verdiblanco se irá a la categoría de plata a tres jornadas del final del campeonato, lo cual casi supondría otro récord negativo absoluto en su historia. Su plusmarca a la hora de dejar la división de honor, desgracia que ha padecido en diez ocasiones, es con cuatro jornadas de antelación y, cómo no, corresponde a la temporada 42-43. Ahora bien, este Betis contemporáneo podría hasta igualar ese registro. Si el Valladolid vence al Real Madrid el próximo 7 de mayo, en partido aplazado de la 34ª jornada, para los anales quedará que el descenso verdiblanco se produjo matemáticamente en ese punto de la campaña, cuatro jornadas antes de que concluyese todo.
De momento, el récord de precocidad al cambiar de categoría pertenece en exclusiva a la susodicha temporada 42-43. El descenso se produjo el 7 de marzo de 1943 en Castellón. Era la jornada 22ª (se jugaron 26) y el conjunto heliopolitano, con 9 puntos, se quedó a ocho del Granada, antepenúltimo, con el balance particular totalmente en contra: 6-2 en Granada y 0-1 en Sevilla. Bajaban los dos últimos.
En los otros nueve descensos, el sufrimiento llegó hasta el final de la Liga. Cinco, de hecho, se materializaron en la última jornada y los otros cuatro, en la penúltima. Eso ocurrió, por ejemplo, la primera vez que el Betis experimentó la amargura de bajar a Segunda, en la temporada 39-40. Ocurrió el 21 de abril en Barcelona, en el campo del Español. Los verdiblancos fueron goleados por 5-0 y perdieron cualquier posibilidad de alcanzar al antepenúltimo (también bajaban dos nada más). Curiosamente, el tercero por la cola no era otro que el Barcelona, que ese día perdió en el campo del Sevilla pero aun así garantizó su permanencia al sumar 17 puntos, tres más que el Betis.
El siguiente descenso en la penúltima jornada, cosas del destino, también sucedió un 21 de abril, en este caso de 1968. El Betis, que era penúltimo y tenía 17 puntos, perseguía al Córdoba, con 21. La misión era casi imposible y el descenso se confirmó cuando los heliopolitanos cayeron por 0-3 con el Athletic en el Villamarín y los blanquiverdes se impusieron al Zaragoza (1-0). Ese 21 de abril también bajó el Sevilla tras caer con el Barcelona (3-0).
23 años después, otro descenso en la penúltima jornada. Fue en el ejercicio 90-91 y el verdugo de nuevo resultó ser el Athletic, esta vez en San Mamés. El 2 de junio del 91, los leones batieron a los verdiblancos por 4-0. El Castellón, antepenúltimo y en puesto de promoción, empató contra el Logroñés (0-0) y resultó inalcanzable para el conjunto que dirigía José Ramón Esnaola: 28 puntos contra 25. Los valencianos, sin embargo, acabaron bajando porque en la última jornada los adelantó el Cádiz de Irigoyen y Kiko.
El último descenso con la mínima antelación posible fue uno de los más vergonzosos, más que nada por los jugadores de renombre que había en aquella plantilla. Fue el de la temporada 99-00, rematado el 14 de mayo en casa contra el Real Madrid (0-2). El Betis, 18º, necesitaba ganar para soñar con alcanzar a la Real Sociedad, cuarto por la cola, pero no lo hizo y los donostiarras, que empataron en Anoeta con el Barça (0-0), aseguraron su permanencia.
AL MENOS NO HABRÁ INFARTOS Lo único bueno de bajar con tanta prisa es que los béticos se ahorrarán la agonía extrema de esperar al último segundo para enterarse de que la película acaba de la peor manera posible. Así ocurrió en las temporadas 65-66 (para más inri, con un gol del malaguista Otiñano en el último minuto), 72-73, 77-78 (a pesar de ganar a la Real Sociedad en casa, como puede ocurrir de nuevo esta campaña) y 08-09 (1-1 con el Valladolid, también en el Villamarín). O en la promoción de la 88-89 contra el Tenerife, que también debe constar como último partido del año.
