Marcelino está convencido de que su equipo ya conoce el camino para salir de la crisis y lo ha mostrado en las primeras partes de los partidos ante Valencia y Espanyol, en los que fue capaz de generar cerca de una veintena de ocasiones de gol, aunque no transformara ninguna. El Sevilla, ayer, volvió a cuajar un excelente primer periodo, bien guiado por Reyes, Navas y Trochowski, y creó hasta siete ocasiones de gol, aunque tras el descanso ya no volvió a ser el mismo y el bajón, en cuanto a fútbol y oportunidades, fue de consideración. La idea de juego parece asimilada pero la forma física del plantel o la dosificación de los esfuerzos no está siendo la adecuada, de ahí esas pájaras que coge el equipo después de arrollar al rival. Los cambios, esta vez tempraneros, no mejoraron nada y extraña sobremanera la forma en que a Kanouté le mostraron la quinta tarjeta que le deja sin derbi. El técnico aseguró ayer que su equipo está en el mejor momento de juego de la temporada y, a ratos, puede que sea así, aunque la racha de resultados (en Liga, Copa y Europa) está siendo la peor de la última década, y eso sí que no admite discusión.