El pleno del Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus) rechazó ayer por mayoría simple la actuación de la Universidad de Sevilla (US) respecto a la construcción de la nueva biblioteca universitaria situada en el Prado de San Sebastián. Según explicó a Europa Press el delegado Rafael Roldán, el Cadus consideró que "con todo esto quienes van a salir perdiendo son los estudiantes" y criticó la actitud "poco negociadora" de la Hispalense con los vecinos afectados.
Asimismo, Roldán tachó de "mal hecho" el acuerdo alcanzado con el Ayuntamiento de Sevilla el 25 de junio de 2008 por el que la Universidad de Sevilla "renunciaba a exigir posibles responsabilidades patrimoniales al Consistorio en caso de que la licencia concedida fuese revocada por la Justicia, como finalmente ha ocurrido".
Estos dos aspectos, junto a los costes de paralización de las obras, cifrados, según el Cadus, en seis millones de euros, fueron considerados un "grave perjuicio" para la institución académica. Además, señalaron que "en el supuesto de que el Tribunal Supremo ordenara demoler lo ya construido, estos costes se incrementarían considerablemente, además de la pérdida de fondos públicos que esto supone".
Por otra parte, Roldán aseguró, a propósito del macrobotellón celebrado ayer en el real de la Feria de Abril por estudiantes, que el Cadus "aún continúa" a la espera de que el Ayuntamiento de Sevilla le conceda una reunión para debatir sobre este tipo de fiestas universitarias.
En este sentido, el delegado insistió en la "necesidad" de que en estas concentraciones haya unas "condiciones mínimas" de seguridad e higiene y apostó por "buscar conjuntamente" con el Consistorio sevillano una "solución que beneficie a ambas partes".
