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El Caja, ánima del purgatorio

No pudo ser. El Cajasol no pudo enlazar su séptima victoria consecutiva ni, en consecuencia, alcanzar la salvación. Antonio Bueno ejerció de 'Cerbero' en San Pablo y envió a su ex equipo al purgatorio. Aún tendrá tres nuevas oportunidades para completar su purificación y aferrarse a la ACB.

el 16 sep 2009 / 01:32 h.

No pudo ser. El Cajasol no pudo enlazar su séptima victoria consecutiva ni, en consecuencia, alcanzar la salvación. Antonio Bueno ejerció de 'Cerbero' en San Pablo y envió a su ex equipo al purgatorio. Aún tendrá tres nuevas oportunidades para completar su purificación y aferrarse a la ACB.

El pívot madrileño, que en sus dos años con la camiseta cajista, de más a menos, exasperó a la parroquia de San Pablo, fue letal con sus 29 puntos y su baloncesto tan poco seductor pero a la vez tan pragmático. Bueno -¡qué malo que viniste!- no es un perro de tres cabezas, pero al Caja lo mordió de muerte con sus tiros de media distancia y sus dejadas y palmeos a corta, surgiendo siempre en el momento exacto y en el sitio correcto para hacerse con el balón, servido casi siempre por un enorme Kristaps Valters, digno sucesor de su célebre progenitor.

Lo cierto es que, primoroso encuentro de los madrileños al margen, los hombres de Pedro Martínez jugaron con más corazón que acierto, a expensas de impulsos individuales que sólo llegaron en el último acto, siempre a remolque de un rival que manejó el partido a su antojo y que no acabó de descomponerse cuando Miso e Ignerski encendieron la mecha de la reacción a base de triples, los que no habían entrado en la primera mitad (1/9). El madrileño y el polaco, tan apocados como el resto hasta ese periodo final, enchufaron cinco triples sin solución de continuidad y Tucker añadió el que hacía la media docena, adornándolo con un tiro libre al recibir falta, para meter al Cajasol (76-80, m. 36) en un partido que los de Luis Guil habían controlado a placer desde su impecable arranque (2-13 de salida, 15-28 ya al final del cuarto).

La ventaja visitante no hizo sino crecer de forma lenta y paulatina, con el despertar de Oleson (10 puntos) antes del ecuador y con la segunda sesión del festival de Bueno y el tino en el lanzamiento de otro ex cajista, Tskitishvili, en el tercer cuarto. El Fuenla agrandó así hasta los 21 puntos la brecha (41-62 tras triple del georgiano) y pareció sentenciar la contienda.

Vino entonces el referido arreón local, que detuvo la réplica de Valters al anotar un triple tras rebote ofensivo a otro tiro lejano de Skita. Y entre ambos, letón y georgiano, se encargaron de aplacar a un Cajasol en el que Tucker lo intentó todo, aunque también malogró la remontada con errores y pérdidas de balón que confirmaron que no tenía su día. Y es que ni el salvador pudo evitar que el Cajasol alargue su sufrimiento. Tantos eran los pecados acumulados.

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