El Cajasol se encuentra cómodo haciéndole la vida incómoda a todo rival que se cruza en una cancha de baloncesto. En las últimas cinco jornadas ha logrado una impronta, un sello, que le está dado unos réditos extraordinarios, a todas luces inesperados, maximizando los puntos fuertes y minimizando los no pocos lastres que está logrando sobrellevar, incluso, con suficiencia. Empieza a recordar a aquel Caja exitoso de Javier Imbroda, aunque sin duda éste tiene menos talento, pero no menos mérito.
Joan Plaza ha dado con la tecla en dos meses. Muchos entrenadores han pasado por el banquillo del San Pablo en estos años y ninguno logró dotar al equipo de una seña de indentidad. Ahora la vuelve a tener y es la misma de los mejores tiempos, vestidos con una defensa tremendamente sólida, angustiosa para el rival, desquiciante por momentos, es un equipo intenso, siempre enchufado, inmune al desaliento. Es una secta.Bajo esa condición manejó el partido de Granada con las variables que más le convenían.
El conjunto de Trifón Poch ha ganado tres partidos básicamente por la vía de la producción ofensiva, con especial afecto por el tiro de tres, también por su capacidad para rebotear y recuperar balones. El Cajasol fue capaz de reducirle drásticamente todos esos parámetros, y los nazaríes, de pronto, se encontraron con un partido que no querían y en el que no sabían cómo moverse. Aun así, aunque el tempo del choque estaba con claridad en manos de la escuadra bancaria, el desenlace prometía incertidumbre, porque la tierra firme que pisa el Caja bajo aro propio se convierte en arenas movedizas cuando se traslada a la canasta del rival en ataques estáticos en muchas fases del partido. En ese instante aparecieron los dos jugadores que lo hicieron ante Bilbao en circunstancias similares, Savanovic, y especialmente Tyrone Ellis, cogidos de la mano de un momento dulce crucial para poner la guinda al ‘otro juego'.
Granada, que promediaba 78 puntos por partido, se encontró que en el primer cuarto sólo anotaba 13. La valoración de todo el equipo era de 6, cuando hasta ayer era el quinto conjunto más valorado de la competición con 85. En los triples, venía de ganar en Valladolid con un 41% de acierto, y acabó por debajo del 35%, y además el perímetro sevillano salió vencedor en la pugna de artillerías con un Calloway especialmente inspirado (4 de 4) junto a Ellis (4 de 9) y Savanovic (2 de 4). Con ese trazo, el Cajasol tomó el mando en el marcador ya en el primer cuarto (11-16) y no lo soltó en todo el encuentro, mientras Granada hacía la goma sin poder colocarse nunca por delante, acuciado además por las faltas personales prematuras de Ingles y Aguilar para la pintura.
El primer amago de ruptura (13-21) lo solucionó el equipo de Poch dotando a sus ataques de mayor paciencia una vez que constataron que las oleadas, que su tendencia natural a construir ataques rápidos era una especie de suicidio ante la defensa del rival, que además encontraba recuperaciones y canastas fáciles muy agradecidas. Pero en los momentos de recuperación local (32-32) el Cajasol siempre tuvo la aparición de algún jugador que ayudaba a desatascar, arropado siempre por el trabajo colectivo y especialmente por el comandante de este ejército, Tariq Kirksay, extraordinario en el rebote, las recuperaciones, la defensa... soberbio. En ese instante reseñado fue Xabi Rey el que dio aire para que a su vez lo tomaran Ellis y Calloway, artífices de la nueva ventaja (38-46) que daba opción, de nuevo, a la escapada.
No se produjo, pero lejos de sentir vértigo, el Cajasol se manejó con naturalidad cuando Aguilar clavaba un triple (60-60) que vaticinaba un final agónico. Para nada. Un triple de Savanovic, un 2+1 de Triguero y otro 1+1 de Ellis abrían la brecha definitiva mientras Granada perdía los papeles en ataque con un carrusel de triples precipitados, todo un síntoma de impotencia y desesperación.
El Cajasol logró ayer la cuarta victoria de la temporada en ocho jornadas, es decir, que presenta un equilibrio entre victorias y derrotas, algo que no ocurría desde el 24 de marzo de 2007, cuando el Caja San Fernando de Manel Comas presentaba un balance de 13-13 en la jornada 26 de la 2006-07. Aquel equipo, que jugó la Copa del Rey, luego se desfondaría, acusando el affaire Demetrius Alexander, que se llevaría también por delante al propio Comas, la lesión de Videnov, el bajo rendimiento de jugadores como Ignerski, Carles Marco etc.
Curiosamente, a la altura de la octava jornada de esa temporada el conjunto sevillano también era sexto clasificado en la ACB, aunque había conseguido una victoria más. Entraría en la Copa del Rey, que se disputara en Málaga, también como sexto clasificado con diez victorias y siete derrotas, una más que el noveno. Esa fue la última ocasión en que el equipo del San Pablo se ganó el derecho de acudir a una de las dos citas más importantes del año. Esa quinta victoria la puede conseguir ahora el equipo de Joan Plaza en el partido del próximo domingo en San Pablo ante el Xacobeo (12.30). Ficha técnica
FICHA TÉCNICA
66 - CB Granada (13+21+17+15): Gianella (10), Hunter (10), Ingles (-), Aguilar (14), Hendrix (12) cinco inicial Jasen (12), Jesus Fernandez (-), Rannikko (8), Gutierrez (-), Rodriguez (-), Jorge Fernandez (-).
79 - Cajasol (18+21+16+24): Kirskai (10), Calloway (13), Savanovic (19), Lorbek (-), Triguero (7) cinco inicial Cabanas (-), Ellis (22), Ager (-), Miso (2), Rey (6).
Árbitros: Arteaga, Araña y Muñoz. Eliminaron por cinco faltas personas a Hendrix (40').
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Liga ACB disputado en el Palacio de los Deportes de Granada ante 5.554 espectadores.
