El Cajasol Banca Cívica prueba mañana en el Palacio San Pablo su fortaleza como local ante uno de los equipos potentes de la Liga, el Unicaja, que llega a Sevilla como tercer clasificado con sólo tres derrotas en las doce jornadas disputadas.
El equipo sevillano sólo ha perdido un partido, ante el Fuenlabrada, en sus seis comparecencias en su cancha y ante la formación malagueña tendrá otra oportunidad de mostrar sus recursos y afianzarse así en la lucha por disputar la Copa del Rey, que en esta edición tendrá como sede Barcelona.
A falta de cinco partidos para la conclusión de la primera vuelta, los del técnico catalán Joan Plaza son sextos en la tabla con siete triunfos y cinco derrotas, por lo que un triunfo mañana le daría un impulso para lograr el primer objetivo de la temporada.
La formación hispalense llega a este partido con la moral reforzada después de conseguir en la anterior jornada un importante triunfo a domicilio, el segundo de la temporada, en la complicada cancha del Valencia Basket (80-84), resultado que ha hecho que el Cajasol haya disfrutado con ilusión las vacaciones navideñas.
La trascendencia del partido, unido al hecho de que llega a Sevilla uno de los grandes equipos de la Liga, ha hecho que los dirigentes del Cajasol hayan promovido iniciativas para la asistencia al choque, entre ellas la inauguración de un videomarcador instalado en el techo de la instalación.
Para este partido seguirá como baja el alero balear Joan Sastre, quien está en la última fase de la recuperación de una protusión discal que sufrió en la pretemporada y que pretende volver a jugar con el equipo antes de que concluya esta primera vuelta.
El encuentro, por otra parte, será especial para el ala-pívot Guille Rubio, exjugador del Unicaja que ha sido contratado esta campaña por el Cajasol y que alcanzará los 200 partidos en Liga ACB, y también para el joven base checo Tomas Satoransky, quien en su segunda temporada en el primer equipo sevillano sumará 75 participaciones en la máxima competición española.
