Asido a la quinta plaza de la Liga ACB desde que arrancara la segunda vuelta, el Cajasol encara este mediodía una cita de postín en la que apenas tiene que perder y, sin embargo, puede ganar mucho.
De entrada, la victoria dejaría prácticamente sellada la presencia de los sevillanos en las eliminatorias por el título y serviría como advertencia a los aspirantes al campeonato: Sevilla está de nuevo dispuesta a pelear y en San Pablo ya no se gana fácil.
Joan Plaza, el técnico que ha obrado el milagro de la transformación cajista, cumple 150 encuentros en la competición liguera y el mejor regalo que le podrían brindar sus hombres sería derrotar a todo un Caja Laboral, lo que permitiría al entrenador catalán, de paso, igualar su balance de duelos con Dusko Ivanovic (6-7 para el montenegrino) y al equipo, también, equilibrar el de enfrentamientos en Sevilla con el conjunto baskonista (11-12).
Pero batir a un cuadro como el vitoriano exige rozar la perfección y limitar las virtudes del rival, aunque éste quizás no llegue en su mejor momento por aquello de haber caído eliminado en la Euroliga, de arrastrar tres derrotas en los últimos seis partidos y de acudir con dos sensibles bajas como son la del israelí Lior Eliyahu, por una pubalgia, y la del croata Stanko Barac, por una protusión discal.
Contratiempos que han llevado a los vascos a reforzar su juego interior con el gigante montenegrino Vladimir Golubovic.
Sin más objetivo que la ACB, el Caja Laboral tratará de sumar un triunfo que le permita mantener el pulso con el Real Madrid por la segunda plaza al final de la liga regular.
Cuenta para ello con argumentos de peso: es el mejor equipo del campeonato en tiros de tres (40,39%), posee el tercer ataque (80,5) y rebote (33,5) y cuenta con hombres tan desequilibrantes como el pívot Tiago Splitter, líder del ranking ACB con una valoración media de 21.
Frente a tanto alarde estadístico, el Cajasol deberá imponer su defensa atosigante... y que Savanovic encuentre aliados en ataque, últimamente apagados.
