El Cajasol se llamará hoy Banca Cívica. Seguirá siendo, empero, un equipo reconocible. En veinticinco años habrá utilizado tres nombres, tantos como etapas con sello de solidez y fortaleza. En menos de tres años, dos Copas del Rey, unos play off y una final europea. Un grupo con la impronta de su entrenador, con unos mecanismos tan bien engrasados que le permiten ganar partidos sin derroches, como parte del trabajo de la semana. El grado de exigencia está instalado en el disco duro. Hay que competir cada día, esté o no a salvo la clasificación para la Copa, porque siempre habrá un objetivo que cumplir. La excusa no tiene sitio en San Pablo.
La décima victoria cuenta para los play off. Con la batalla copera enfocada en otras canchas, era fácil un despiste ante Gran Canaria. Así ha sido históricamente. No es que el Caja anduviera sobrado, pero sí centrado, aunque Plaza tuvo tarea para remendar uno de los jirones clásicos del traje cajista. Paul Davis es tan extraordinario en ataque como ordinario en defensa, y para ese desequilibrio llega a la carrera Juanjo Triguero, cuyo peso en el juego va mucho más allá de las estadísticas. San Pablo ha aprendido a reconocérselo. Fue un partido de sensaciones mentirosas. La teórica superioridad local era una quimera en las zonas, donde Xavi Rey, especialmente motivado ante su ex equipo, y Juan Palacios, imponían su presencia, atrapando los rebotes ofensivos que se suponía atraparían los pívots locales, que para ello figuran como especialistas en el cómputo global de la liga. Pero no. Desde esa posición ambos fueron manejando el trance fundamental de los acontecimientos hasta el descanso (36-39), con el Cajasol enganchado al rastro de las camisetas amarillas gracias a su acierto desde el triple, que atenuaba ese insondable agujero interior. Otra de sensaciones y espejismos: el peor ataque de la ACB, con 66 puntos de promedio, llevaba 39 al descanso (13 de Palacios, 11 de Rey). Con Rubio y Triguero mejoró la defensa de anticipación de los hombres grandes.
Mayor control del rebote propio mientras seguían fluyendo los triples (51-44). Plaza colocó a Davis en la partida y el tirón puso al Gran Canaria al borde del break (55-46). Bramos lo evitó desde el 6.75, convirtiéndose en excepción del naufragio del equipo de Pedro Martínez desde esa distancia. Pero sólo con tres jugadores a alto nivel es difícil detener a este Cajasol, que siempre encuentra algo bueno en su banquillo para solucionar las diferentes causas. Estaba la cuestión enredada por el éxito de la defensa zonal del Granca (62-61) cuando el partido entraba en la zona roja del cuarto periodo. Urtasun y Davis dieron un golpe en la mesa (71-63) que Bramos atenuó con un triple y justo después los canarios volvieron a hacer de las suyas en un ataque donde capturaron tres rebotes ofensivos (71-68). Hasta entonces no había anotado pero lo hizo frente a zona en el momento justo. Triple de Bogdanovic. Partido finiquitado. Diez victorias en la primera vuelta. Como hace dos años. Este Banca Cívica es un equipo reconocible y reconocido.
-Ficha técnica:
75 - Cajasol Banca Cívica (20+16+24+15): Calloway (10), English (10), Tepic (2), Guille Rubio (5), Paul Davis (15) -cinco inicial-, Triguero (3), Satoransky (6), Urtasun (12), Jasen (6), Sastre (-) y Bogdanovic (6).
70 - Gran Canaria 2014 (22+17+14+17): Bellas (-), Haynes (5), Tucker (-), Palacios (15), Xavi Rey (15) -cinco inicial-, Savané (4), Bramos (18), Óscar Alvarado (5), Beirán (6) y Ekperigin (2).
Árbitros: Juan Carlos Arteaga, Carlos Cortés y David Soto. Eliminaron por faltas personales al local Paul Davis (m.40).
Incidencias: Partido de la última jornada de la primera vuelta de la Liga, disputado en el Palacio de los Deportes San Pablo ante unos seis mil espectadores.
