Economía

El calor merma la aceituna y la bellota y retrasa las siembras

Sobrecoste en piensos por la falta de hierbas y cereales que todavía no se pueden cultivar.

el 17 oct 2011 / 20:01 h.

Las altas temperaturas y la falta de precipitaciones en el arranque del otoño ya arrojan sus primeras consecuencias en el campo: caída de aceitunas y bellotas al suelo y sobrecoste en las ganaderías por la ausencia de hierba, además del retraso en las siembras de los cereales de invierno (trigo, cebada y avena).

Al estar todavía en época de recolección, algodón, maíz y arroz son los únicos cultivos andaluces que agradecen que no llueva e impere el calor, explica José Manuel Roca, técnico de la patronal agraria Asaja-Sevilla. En cambio, aún no se pueden preparar las tierras para sembrar el cereal de invierno, porque para ello es necesario que estén húmedas y no ha caído ni una gota de agua en lo que llevamos de otoño. "Nadie se esperaba un veranillo del membrillo tan largo", dice.

En el olivar, hay una doble incidencia. Por un lado, las aceitunas de mesa se arrugan y pierden calidad, de ahí que "hay productores que han dejado de verdear (recolectar) al no compensar los costes y prefieren, por tanto, dejarla para molino (para producir aceite, cuya campaña se inicia en un mes)", comenta Roca. Y por el otro, caída de las olivas que irán en breve a las almazaras para ser molturadas, mientras que las que se mantienen en el olivo reducen su rendimiento graso justo en el momento en que han de adquirir mayor dimensión.

En el caso de la dehesa, la bellota, aún verde, se desprende de encinas y alcornoques y queda esparcida por la tierra, "lo que complicará la montanera", es decir, la alimentación del cerdo ibérico de bellota o recebo.

"En la Sierra de Sevilla aún estamos en pleno verano, caminos llenos de polvo y tierras secas". El técnico de Asaja hace hincapié en la ganadería, al ser, indica, el sector más afectado. "Como no hay hierbas, los animales siguen alimentándose de piensos, que han subido de forma descomunal", lamenta.

Mientras, también los técnicos de la Consejería de Agricultura y Pesca recogen sus inquietudes en el Boletín Semanal, aunque optan por la prudencia, ni hablan de retrasos ni de pérdidas. En cambio, resaltan el nivel que conservan los embalses de regadío, un 75%, a pesar de que ya ha concluido la campaña de regadío.

Desde COAG, la organización agraria que dirige Miguel López, comentan que, de persistir la falta de lluvias durante más tiempo, la pérdida de la cosecha de aceite de oliva podría alcanzar el 20%. En Asaja son más prudentes y no realizan cálculos, puesto que confían que un cambio en la climatología esta misma semana permita también un cambio de tendencia en los cultivos y que se aceleren después las siembras. Pero en la ganadería, lo perdido, perdido está.

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