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El camino del ascenso bético pasa por hacerse fuerte en casa

El Betis vuelve a casa después de tres partidos consecutivos lejos de su estadio. Recibe al histórico Celta, ahora en puesto de descenso a Segunda B, y por supuesto está obligado a ganar, cosa que sólo ha hecho una vez en las seis últimas jornadas.

el 14 nov 2009 / 22:08 h.

Hace no mucho, el Betis-Celta sonaba a pelea por Europa. O por la final de la Copa. Pero los tiempos cambian. A día de hoy, 15 de noviembre de 2009, el Betis-Celta es un partido entre el quinto y el decimonoveno de Segunda. Uno intenta ascender a Primera a la mayor brevedad y otro trata de no hundirse del todo en los lodos del fútbol español. Y así, en un declive que ni unos ni otros imaginaban hace un lustro, se reencuentran por el camino. Será en Heliópolis, donde el Betis no juega desde hace más de un mes y donde se han fraguado gran parte de sus dudas. Vienen los verdiblancos de ganar sólo uno de sus seis últimos encuentros, de empatar dos consecutivos en casa y de salir de la zona de ascenso. Y viene el Celta de dos temporadas sin aspirar siquiera al retorno a Primera y convertirse en uno más de Segunda. Un histórico contra otro histórico, pero nunca jamás un espejo donde mirarse, porque el Betis quiere que su paso por la categoría de plata sea fugaz. El Celta bajó hace dos años y cada campaña que pasa parece más aturdido por aquel mazazo.

Para no caer en esa lamentable rutina, el conjunto de Antonio Tapia está obligado a espabilar desde ya. No puede permitirse una nueva jornada ni un nuevo compromiso en casa sin victoria. El triunfo no le daría para llegar a la zona de ascenso, porque el tercer puesto va a quedarse como mínimo en 20 puntos, pero sí metería mucho aire fresco en un vestuario donde la ansiedad crece a la misma velocidad a la que caen los empates o las derrotas. El Betis, de todas formas, no está tan mal. Sí lo está en juego, porque en general es inexistente, y en defensa, porque a estas alturas de la película aún se deja marcar un gol en el minuto 92, y en consistencia, porque ni de lejos desprende la sensación de autoridad que debería dar, pero a fin de cuentas tiene la zona de ascenso muy a la vista. Si no falla de aquí al partido aplazado contra el Villarreal B, en diciembre será uno de los tres primeros. Y si está arriba sin hacer casi nada y lo poco que ha hecho es más fácil de mejorar que de empeorar...

El problema del Betis es que ya se han cubierto diez etapas de esta larguísima maratón y todavía va con la segunda marcha puesta. Y puede que el Celta esté en el pozo, pero también estaba allí el Castellón y le ganó (1-0), y también estaba allí el Real Unión y le empató (0-0), y también está allí el Cádiz y le igualó (2-2). Los gallegos, además, han puntuado en campos tan complicados como los del Salamanca, el Cartagena y el Recreativo, sin olvidar que vienen de vencer al Castellón y eliminar al Tenerife en la Copa.

SERGIO GARCÍA Y DAMIÁ, OK. En su intento de hacerse fuerte en su campo, al estilo de lo que hizo al principio de la campaña (3-0 al Recreativo y al Córdoba), Tapia repitió ayer la convocatoria del último encuentro, con la única excepción de Ricardo en lugar de Casto, pero no repetirá la alineación que venía de jugar en Gerona y Cádiz: Fernando Vega y Juanma ocuparán las plazas de Damiá y Juande, de manera que Nelson jugará en su sitio natural desde el principio, Capi acompañará a Iriney y queda la duda de cómo se repartirán las bandas Juanma y Rodri, aunque su titularidad está más clara que el agua. Sergio García, duda durante toda la semana por un golpe en la cadera, y Damiá, con molestias en un tendón, fueron citados. Una buena noticia para el Betis, sobre todo en el caso del delantero, aunque si el equipo debe espabilar, él más: en las seis últimas jornadas sólo marcó un gol, en Gerona; y en las seis últimas jornadas, el Betis sólo ganó una vez, en Gerona. ¿Casualidad? Diríase que no.
 

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