La agricultura y la ganadería no escapan ni quedan al margen de la crisis que lleva más de tres años azotando al país. Es más, cuenta con su particular viacrucis de precios hundidos y elevados costes de producción, que han derivado en una merma de la renta y de la viabilidad de las explotaciones agrarias.
Sin embargo, y pese a esa circunstancia, la coyuntura adversa ha invertido la dinámica que se venía registrando de pérdida de empleo agrario, al paralizarse el trasvase de mano de obra a otros sectores de actividad y absorber el sector agrario desempleados en el medio rural.
Según el informe agrario de la organización COAG, que se basa en los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el número de activos del sector agrario se incrementó en 40.000 trabajadores en 2010, alcanzando casi un millón de personas, con lo que, a juicio de la organización, consolida la teoría de que el campo está actuando de refugio para los trabajadores que se quedan en paro en otros sectores de actividad.
El informe señala que el número de ocupados en el sector agrario en 2010 aumentó en 11.700 personas en comparación con el ejercicio anterior, de manera que la cifra total alcanzó los 755.300. Especialmente significativo fue el crecimiento en comunidades como Canarias (27%), Aragón (21%), Murcia (19%), Cataluña (16%) y Andalucía (6%).
El año pasado los ocupados agrarios supusieron el 4,1% de la población ocupada, lo que representa un incremento de dos décimas respecto a 2009, y que se explica por el descenso del número total de ocupados en el conjunto de la economía por la crisis. Algo más de dos de cada diez ocupados en el sector primario eran extranjeros y sólo el 26% de los trabajadores son mujeres, según arrojan los datos de la EPA, que indican además que el 29% de los ocupados en el sector agrario se localizan en Andalucía, seguida a gran distancia por Galicia (11%), Murcia (9%), Castilla y León (8%) y Cataluña (8%).
Eso no quiere decir que el desempleo no recaiga con fuerza también sobre esta actividad. De hecho, la tasa de paro agrario en 2010 se elevó hasta el 22,2%, lo que supone una escalada de 7,8 puntos porcentuales en los dos últimos años, ya que en 2008 se colocó en el 14,4% y que se sitúa por encima de la del paro general, que alcanza ya el 20,1%.
La problemática se repite con los precios bajos y altos costes
La crisis de precios que, prácticamente de una forma general, ha afectado a todos los productos agrarios y unos costes de producción "disparados" resumen el balance del año para COAG, que insiste en la dificultad que entrañan para mantener la viabilidad económica de las explotaciones agrarias. Entre ellos, destacó el incremento de la energía y lubricantes, que se encarecieron un 16,7%.
No obstante, la organización agraria matiza que en la segunda mitad del año pasado sí se registraron algunos cambios de tendencia, entre ellos, una "ligera" mejora de las cotizaciones de algunas producciones agrícolas y un fuerte incremento en los piensos en el ámbito de la ganadería, una situación, señala, que se asemeja con la que ya vivieran los productores en la campaña de 2007/2008. Una circunstancia que se suma a que el valor de la producción animal se redujo un 2,3%.
Así pues, el balance arroja un crecimiento de la renta agraria real del 6,9%, si bien, enmarcada en un contexto por el que en los últimos dos años -2008 y 2009- el sector agrario español ha perdido más del 20% de la renta agraria, de manera que los productores están todavía muy alejados de la renta que ingresaron allá por 2007.
