El campo es para los adultos

El programa que realiza la Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía para informar y evitar la explotación infantil es un éxito. En estos meses solo se han levantado tres actas.

el 24 ene 2014 / 20:30 h.

Dos agentes del Grupo de Menores inspeccionan un naranjal para comprobar que no hay menores en edad escolar trabajando. Dos agentes del Grupo de Menores inspeccionan un naranjal para comprobar que no hay menores en edad escolar trabajando.

Poner fin al absentismo escolar y a la explotación infantil durante los meses que dura la campaña de la recogida de los cítricos en La Vega del Guadalquivir de Sevilla –de noviembre a junio– es el fin que persigue el plan que ejecuta la unidad de la Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía. El programa, que se ha puesto en marcha esta temporada por primera vez, está siendo todo un éxito, puesto que en estos meses de trabajo solo se han detectado tres casos de niños en edad escolar que habían faltado a clase en el momento que los agentes estaban realizando la inspección. Además, ninguno de los casos se trató de explotación infantil, según reconoció el inspector jefe del área de Protección de Menores (Aprome), Miguel Escudero, durante una batida que se realizó ayer por varias fincas del municipio de La Algaba.

Un jornalero recoge naranjas en una finca de La Algaba. / Pepo Herrera Un jornalero recoge naranjas en una finca de La Algaba. / Pepo Herrera

Escudero remarcó que el resultado que se está obteniendo es “bárbaro y todo gracias a la labor preventiva que se está realizando”. Los agentes de Aprome recorren los campos de La Vega aproximadamente una media de dos veces por semana. Primero ojean las fincas en las que se están realizando labores de recolección y solicitan la presencia del propietario de los terrenos o del responsable de los trabajos. A ellos se les informa de la campaña que se está realizando en las fincas para lograr que todos los niños en edad escolar estén en el colegio en vez de realizando labores agrícolas que corresponden a adultos. Tras informar a los agricultores, los policías se introducen en el campo para realizar una inspección a fondo y confirmar así que en las labores de recolección no hay menores.

Hasta el momento se han revisado 38 fincas de siete municipios y en todas han contado con la colaboración de los encargados de las plantaciones, aseguró el inspector jefe de Aprome. En los tres casos que se han detectado de absentismo escolar, uno de ellos porque el niño habría sido expulsado del colegio, según indicó el responsable de la finca, se sigue el mismo procedimiento: se comunica el problema al centro escolar del niños y a la Delegación Provincial de Educación, que es la que se encarga de acudir a la Fiscalía de Menores, para que ésta actúe según la gravedad de cada caso. Unos hechos que pueden tener consecuencias penales.

El impulsor de esta campaña de control del absentismo escolar y la explotación del trabajo infantil es el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Sevilla, Francisco Javier Fernández, quien entendiendo que el absentismo escolar de temporeros no es un problema, sí existen episodios puntuales de familias que “aprovechan” a sus hijos para llevar un sueldo extra a casa o les privan de ir a clase para que cuiden de sus hermanos, mientas que sus padres trabajan en la recogida de la naranja.

Con este programa preventivo, según Escudero, se ha logrado que este problema sea insignificante y, como prueba del éxito, reiteró que en estos meses solo se han levantado tres actas.Un ejemplo de la buena relación entre el Grupo de Menores y los dueños de los campos fue la reacción que tuvo el propietario de la finca La Ladrillera, Francisco Manuel Ojeda, al recibir la inspección. Este agricultor acompañó a los agentes por todo el naranjal para facilitar su trabajo e indicó que en su campo solo “trabajan padres de familia de la localidad. Tengo a personas que llevan conmigo desde hace 20 años. Aquí no entran menores en edad escolar”, remarcó.

Aseguró que, actualmente, la situación en la campaña de la recogida de la naranja ha cambiado mucho y que es muy difícil que un padre lleve a su hijo menor a trabajar en el campo, “porque, si no está preparado, es una labor muy dura”. Ojeda remarcó que hoy en día en el campo se cumplen todos los requisitos que exige la ley: “Yo sería el primero en denunciar si tengo conocimiento de que se está produciendo una situación irregular”, aseguró.

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