El grupo de Asedown ante la puerta de la Hacienda Guzmán. Foto: Alba Poveda
El campo y, en especial, la aceituna y todas sus posibilidades también pueden ser una oportunidad de trabajo para personas con discapacidad. Por ello, una treintena de jóvenes de la Asociación Síndrome de Down de Sevilla (Asedown) realizaron un curso de formación la semana pasada en la que se les introdujo en la animación y dinamización del entorno rural. La Hacienda Guzmán fue el lugar donde durante cuatro días los jóvenes de la asociación realizaron actividades de carácter científico siempre contando con el aceite con tal de abrir una puerta al empleo como monitores de animación en el entorno rural.
La Fundación Juan Ramón Guillén, en colaboración con la Fundación Randstad dedicada a la inclusión laboral de personas en riesgo de exclusión y la empresa Ciencia Divertida, es la responsable de esta iniciativa. Dicha fundación, que precisamente tiene su sede en la Hacienda Guzmán en La Rinconada, cuenta con el programa educativo Solidarios Coosur con tal de promover la cultura olivarera entre distintos colectivos de la sociedad.
La actividad se desarrolló en dos fases. La primera: una visita a las instalaciones de la citada hacienda donde además de explorar las herramientas tradicionales para elaborar el aceite realizaron algunas actividades científicas. Y la segunda que constó de un curso de formación con tal de integrar laboralmente a las personas con Síndrome de Down en los olivares.
Tras aprender los fundamentos teóricos de la dinamización del entorno rural de la mano de monitores de la empresa Ciencia Divertida, los jóvenes de Asedown tuvieron que diseñar una actividad educativa que pusieron en práctica con sus propios compañeros.
