Después de la tempestad se esperaba la calma, pero ésta no llegó. Las organizaciones agrarias pedían allá por mediados de enero que dejara de llover, confiando en que si lo hacía no todo estaba perdido en el campo andaluz.
Entonces, se cuantificaron las pérdidas a causa del temporal en 930 millones. Ahora, tras un mes (más) de intensas lluvias se vuelve a hacer valoración y obviamente lo que se estima no es nada halagüeño.
Por su parte, los técnicos de la Administración regional -que quiere seguir siendo prudente ya que aún no se han disipado las nubes- han avalado en su último Boletín Semanal de Información Agraria la merma que han sufrido los cultivos en general, así como los retrasos en las recolecciones o la disminución de la superficie sembrada con respecto al año pasado.
Lo que acreditan la Consejería de Agricultura ha sido denunciado en buena parte por Asaja, que se pronunció el miércoles a través de un comunicado en el que evaluó los daños en la agricultura andaluza por valor de 1.200 millones de euros.
Según la organización "prácticamente" todos los cultivos de invierno, el olivar de molino, los cereales, la remolacha, los cítricos, las fresas, los frutales y los hortícolas se han perdido por completo. Lo que definió como una campaña agrícola "nefasta", se une a la cantidad de animales muertos a causa de los desbordamientos.
En lo que respecta al estado de los cultivos, el informe de la Consejería de Agricultura asevera que efectivamente el desarrollo de los cereales de invierno "se está viendo ralentizado por el exceso de humedad y las bajas temperaturas", al igual que en el olivar, que se está recolectando a duras penas y a menudo se está haciendo a partir de las aceitunas caídas en el suelo, lo que está suponiendo la merma de su calidad.
Lo mismo ocurre con la naranja, que está sufriendo pudriciones al haberse desprendido, mientras que el cultivo de la fresa de Huelva se está retrasando con respecto a la campaña del año anterior.
Como denunció ayer COAG, en los cultivos de remolacha también se prevén daños cuantiosos. La organización, además, cuantifica las pérdidas en 2,7 millones de euros tan sólo en la provincia de Cádiz. El citado boletín institucional advierte también de problemas en este producto, cuyas raíces están anegadas.
Pongamos otro ejemplo: la patata. Este tubérculo ha sufrido las consecuencias de las lluvias sobre todo en Cádiz, donde se ha podrido la siembra realizada en diciembre y enero. En Huelva se retrasan las siembras pero se han dado importantes pérdidas por pudrición de variedades tempranas que suelen cotizarse a buen precio, según apunta el dossier de la Consejería de Agricultura.
En Sevilla también habrá que recolectar la patata sobre primeros de junio, en lugar de en abril, afectando a su ciclo natural.
La dificultad se está viendo eminentemente en los accesos a las parcelas que están impidiendo tanto la recolecta de algunos cultivos como la resiembra de otros que podrían salvarse.
Así lo denunció ayer Feragua, quien cifró en 200 millones los daños en infraestructuras hidráulicas y los caminos rurales en las cuencas andaluzas. Según informó la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, las lluvias han afectado a estaciones de bombeo, arquetas, canales, acequias, caminos y desagües, incluso se pone en riesgo el comienzo de la campaña de riego el próximo mayo.
No son las únicas organizaciones que se han hecho eco de las desgracias de un temporal que aún no ha amainado y el desasosiego se hace ya unánime entre las personas que viven de esto. Sólo queda esperar a una primavera piadosa.
