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El capi convence

el 12 ago 2011 / 14:54 h.

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Cuando uno repasa la trayectoria del universo Marvel en el cine, es muy normal que los hitos que cualquiera daría como referentes sean casi siempre los mismos: X-men 2, las dos primeras entregas de Spiderman y la primera parte de Iron man. Un cuarteto al que ahora viene a unirse este genial y entretenídisimo filme que es el Capitán América.
Con la lección muy bien aprendida por los sonoros fiascos de cintas como Daredevil, Ghost rider o Elektra, dos son los aspectos que se miman con esmero en esta superproducción veraniega. Primero, el guión, ese detalle que tantas y tantas películas pasan por alto y que es, sin duda alguna, el motor de cualquier producción. El libreto, escrito a cuatro manos, es todo lo que un aficionado a los cómics hubiera deseado y cumple con una función fundamental de cara al público no conocedor del personaje, introducirlo de tal manera que no pueda perderse entre mil y una referencias a la contrapartida aviñetada (como pasaba, por ejemplo, con la entretenida Green lantern).

Así, la historia del Capitán América funciona sin fisuras, con un sentido del ritmo narrativo envidiable que nos devuelve a la época dorada de Hollywood. Un momento histórico al que, reproducido hoy en día, se le podrían achacar pocos matices en la definición de los personajes (el bueno es muy bueno, el malo es malísimo), pero que la cinta de Joe Johnston salva con su segundo punto fuerte, el reparto. Al menos en lo que se refiere a Steve Rogers (un Chris Evans al que el personaje le va como anillo al dedo), la cinta enfoca al Capi de la mejor manera posible al definirlo desde un principio como un idealista incombustible que no se parará ante nada para defender a la humanidad de la amenaza nazi, secundado para ello por una estupenda Haley Atwell y el siempre sarcástico Tommy Lee Jones.

Junto a la escala de grises que representan los héroes de la función, Cráneo Rojo queda como un malo de los de antaño que sólo ve en blanco y negro, una definición matizada por la inclusión del personaje de Ermin Zola (un estupendo Toby Jones), su segundo al mando y alguien que tendrá mucho que decir en las seguras secuelas de la cinta.

Con efectos visuales de primer orden (atención a cómo fusionan la cara de Evans en un cuerpo que no es el suyo sin que en ningún momento nos percatemos de ello), Capitán América es el último eslabón antes de esos Vengadores que nos llegarán el próximo año (y cuidado con salir de la sala antes de que acaben los títulos de crédito finales) y se sitúa de forma muy cómoda por encima de las dos entregas de Iron man, el Hulk de Leterrier y la irregular Thor, funcionando a la vez como un magnífico ejemplo de blockbuster veraniego y como el manual (cuasi) definitivo de lo que Marvel debería hacer a partir de ahora con todas sus adaptaciones de cómic a la gran pantalla. n

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