Cuando el Ayuntamiento decidió transformar la Avenida de Roma en un gran paseo protegido de los coches , nadie imaginaba que el proyecto desembocaría en un problema de convivencia entre peatones y ciclistas. El diseño del tramo del carril bici, que conecta el Paseo Colón con la calle San Fernando, ha encendido las alarmas de los ciudadanos que han comprobado los riesgos que derivan de su trazado.
En concreto, el tramo de acerado que discurre por el lateral del Hotel Alfonso XIII, de unos tres metros de ancho, ha visto cedida más de la mitad de su extensión a la adecuación de un tramo del carril bici, separado por tachuelas, que ha limitado a un estrecho espacio el lugar destinado para el paso de peatones. Aunque en un principio se trata de una vía de uso compartido, la escasa señalización del tramo y su separación poco apreciable ha sido denunciada ante el peligro que puede suponer en una zona por la que transitan cada día un amplio número de viandantes.
La asociación ciclista A Contramano fue la primera en alertar de esta situación, señalando que se ha habilitado un "itinerario para ciclistas con prioridad de paso peatonal" que ocupa más de la mitad de dicho acerado. Un hecho que según denunciaron está "causando conflictos con los peatones". Fue ante esto por lo que solicitaron a principios de mes que el Ayuntamiento tomara medidas en cuanto al nuevo trazado de este tramo del carril bici, buscando así otras alternativas que no condicionaran el tránsito de personas a pie por este espacio.
A pie de calle, los peatones y ciclistas comparten la preocupación por su diseño. Es el caso de Diego Suárez, un joven usuario del servicio municipal de alquiler de bicicletas, que ha podido comprobar cómo "a veces se cruzan los peatones", especialmente "los turistas que no están acostumbrados a compartir espacios con las bicis", explicaba.
Sea como fuere, la realidad muestra que los peatones tienen serias dificultadas para transitar en paz por esta zona, ya que, junto al trazado del carril, en esta acera se integran dos estaciones de Sevici, la entrada de vehículos al parking subterráneo y varias cabinas de aseos públicos, provocando que los peatones deban andar sorteando estos elementos.
Cristina García, dueña del quiosco de prensa ubicado en este espacio, asegura que ha visto a más de un ciclista por los suelos "por lo mal terminada que está la acera". Junto a esta otra problemática, cree que en lo que se debería incidir sería en "una mejor señalización", pues así "se evitarían muchos de los problemas". Y es que el hecho de que el sistema elegido para separarlo de sean las tachuelas dificulta en exceso su visualización. Así lo afirmaban varios taxistas que aguardaban en la parada del Cristina. "Está tan bien señalizado que ni siquiera nos hemos dado cuenta", bromeaban entre sí.
A la hora de buscar posibles alternativas al trazado actual, los responsables de la entidad ciclista A Contramano han elevado al Ayuntamiento la posibilidad de que el carril se traslade al paseo central de los Jardines del Cristina. "Un itinerario mucho más directo y despejado" para establecer la vía ciclista y que finaliza en un "paso de peatones semaforizado que atraviese el Paseo de las Delicias".
