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El caso Lewinsky cumple diez años en medio del regreso de los Clinton

Hace diez años, una tórrida relación entre el presidente de EEUU y su becaria hizo tambalear los pilares de la Casa Blanca. El caso Lewinsky, que llevó a Bill Clinton al borde del cese, se quedó en anécdota adultera que emerge en medio de las primarias en las que su mujer, Hillary, es favorita.

el 14 sep 2009 / 22:48 h.

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Hace diez años, una tórrida relación entre el presidente de EEUU y su becaria hizo tambalear los pilares de la Casa Blanca. El caso Lewinsky, que llevó a Bill Clinton al borde del cese, se quedó en anécdota adultera que emerge en medio de las primarias en las que su mujer, Hillary, es favorita.

Tal día como el jueves, el 17 de enero de 1998, una página de internet dedicada a noticias, el Drudge Report, recogía cómo el prestigioso semanario Newsweek había retirado una historia de Mike Isikoff sobre la relación íntima que el presidente Bill Clinton mantenía con una becaria de 23 años, Monica Lewinsky.

La noticia, que mezclaba como pocas veces sexo y poder, estaba cargada de morbo y corrió como la pólvora. Días después, The Washington Post la publicaba en primera página. Ya no había duda. Era todo verdad.

Isikoff se quedó sin el reconocimiento de la que hubiera sido la primicia de su carrera y Matt Drudge, el alma de la página que lleva su nombre, saltó al estrellato y en la actualidad tiene casi tres millones de entradas mensuales. Mientras, Bill Clinton empezó su rosario de negaciones y Hillary, aparentemente incrédula, defendió a su marido diciendo que era una "conspiración de la derecha".

Mentiras arriesgadas. Tras una exhaustiva investigación del fiscal Kenneth Starr, la supuesta conspiración estuvo a punto, un año después, de provocar la destitución de Bill Clinton, pero no por adúltero, sino por mentiroso. Pero el tiempo lo matiza todo y ahora, Hillary, senadora por Nueva York tras dos campañas en las que Bill echó el resto, tiene posibilidades a la candidatura presidencial demócrata para el 2008.

Su marido, con un cuádruple bypass a cuestas, está a su lado y dispuesto a poner su capital político al servicio de una esposa de la que no se cansa de decir que es "la más capaz" para el puesto.

Pero en este triángulo amoroso, hay pocos que sepan que fue de Monica Lewinsky. La becaria enamorada que empezó llevando pizza al presidente en el Despacho Oval y terminó envuelta en la relación adúltera más famosa de la historia de los EEUU, es una mujer que lucha por encarrilar su vida por la normalidad.

Tras algunos escarceos en televisión, le dio por diseñar bolsos y venderlos por internet. Luego, Monica, hija de un prominente doctor judío de Los Angeles, se recluyó en Inglaterra donde, hace dos años, terminó un máster en psicología social en la London School of Economics.

Monica era una joven atrevida, pero muy ingenua que, además de otros fallos, cometió el error de confiar en Linda Tripp, la amiga-consejera republicana, que grabó sus confesiones íntimas y las aireó hasta hacer tambalear la presidencia de Clinton. Es la gran villana de la historia, que hace lo que puede por permanecer en el anonimato. Se hizo la cirugía estética para suavizar sus duros rasgos naturales y parece que regenta con su marido una tienda de adornos navideños en un pueblo cerca de Washington.

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