La llegada de Abel Resino al Celta tras la destitución de Paco Herrera viene con polémica. Su intención de llevar como ayudante al exsevillista Salva Ballesta ha chocado con la oposición del club vigués que afirma en medios gallegos que "su ideología política había generado un fuerte rechazo en el celtismo".
Así lo reconocía el propio Salva en declaraciones a Radio Marca: "Un grupo minoritario de aficionados no estaba a favor, por temas políticos, de que fuese al Celta con Abel". El exdelantero de Sevilla FC, Racing de Santander, Málaga y Atlético de Madrid ya iba de camino hacia Vigo, desde Málaga, cuando fue avisado de que su contratación se frustraba.
Salva explicó en el programa Intermedio que "esta mañana [por ayer] cogí el coche muy feliz para ir a Vigo hasta que recibí una llamada del preparador físico, de Miguel Peiró. Me dijo que querían hablar el míster y el presidente conmigo porque había una situación en la que un grupo de aficionados del Celta no están a favor de que yo vaya para allá".
Pese a esta decisión del club, Abel Resino ha tomado la dirección del Celta. En este punto, el zaragozado aclaró hubiera sido su posición si el vetado fuera su segundo: "No puedo decir que esté decepcionado con Abel. Le agradezco hasta hoy a las 13.00 horas la confianza que ha tenido en mí. Lo que ha pasado después es cosa suya, ha aceptado su contrato y ya está. Yo, personalmente, si me pongo a negociar en una mesa y mi segundo no firma, yo tampoco firmo".
Por último habló de esas ideas políticas que supuestamente le han vetado en el Celta: "No tengo ideas políticas fijas, ya lo he dicho mil veces. Soy español y moriré siendo español".
