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El Centro, a la espera de un plan de movilidad alternativo

el 23 jul 2011 / 18:09 h.

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Sin opciones. El plan de tráfico para el Centro es, en estos momentos, que no hay plan. Y si lo hay, nadie del nuevo gobierno lo ha aclarado. El alcalde sigue aferrado al malestar más que evidente en buena parte de la sociedad por la gestión de la movilidad realizada durante los últimos años. Es cierto, como apunta el PP, que el Metro no está lo suficientemente desarrollado , que no se han construido los aparcamientos rotatorios previstos en el entorno del casco histórico y que Tussam no tiene el funcionamiento que debería para facilitar el acceso al centro de la ciudad con rapidez y comodidad. Hasta ahí pocos pueden contestar al nuevo gobierno. Pero, al mismo tiempo, es más que evidente que el casco histórico no puede resistir los 200.000 coches que circulaban por sus calles hace cuatro años, que todas las grandes ciudades tienen planes de restricción en sus núcleos urbanos y que aquellas que no han sabido desarrollarlos con eficacia se han encontrado con graves problemas de contaminación, que Sevilla ha conseguido aliviar. La justificación de que las alternativas se irán diseñando poco a poco no debe ser suficiente . Si se puede tomar en menos de dos meses la decisión de suspender un plan en el que el anterior gobierno trabajó con mayor o menor éxito durante más de seis años, también se puede presentar ya un modelo alternativo de movilidad. Tiempo ha habido.

PGOU. Por mucho que se quiera plantear ahora así, y que incluso el anterior gobierno consiguiera a veces que pareciera de esta forma, el Plan Centro no fue fruto de la improvisación o una medida en busca de votos –o más bien no-votos, según el resultado del 22-M–. Es fruto del Plan General de Ordenación Urbanística, el documento marco que ahora está en cuestión, y que ya catalogaba el casco histórico como una zona de acceso restringido. Más aún, incluso abogaba por acotar el tráfico en la ronda histórica y por prohibir el acceso a los aparcamientos rotatorios del casco histórico, que debían ser expropiados. Así quedó recogido en la ordenanza de peatones y ciclistas aprobada en 2007, en pleno inicio del pasado mandato. El anterior gobierno no cumplió los deberes incluidos en el PGOU, pero tampoco el Centro está completamente desatendido: la línea 1 de Metro llega a Puerta Jerez, el tranvía conecta el Prado con la Plaza Nueva, los carriles bici han supuesto una alternativa y se han puesto líneas de autobuses eléctricos que paradójicamente han sufrido recortes por la falta de demanda. El denostado Plan Centro no fue una radicalización del PGOU ni de la ordenanza de peatones. Todo lo contrario. Representaba una flexibilización. Si se hubiera implantado el modelo aplicado en el PGOU o en la ordenanza de peatones y ciclistas, ningún coche sin autorizar podría entrar en el Centro y los aparcamientos se tendrían que haber suprimido y haber convertido sus plazas en estacionamientos para los residentes.

Fracaso. No hay más que analizar el supuesto informe técnico en el que basa el PP su denuncia de que el sistema no funciona para relativizar esta contundente afirmación. El sistema es mejorable y la política de movilidad de estos años está plagada de fallos, pero no es un fracaso absoluto. Cualquier gran capital presumiría de una reducción a la mitad de la circulación de vehículos privados por su casco histórico –de 200.000 a menos de 100.000– y de que esta caída se haya producido de forma homogénea durante toda la jornada, porque implica un cambio real de hábitos. Una búsqueda de medios alternativos. El informe de Movilidad concluye lo contrario: como baja tanto el número de coches y no hay vehículos esperando a que den las ocho para entrar en el casco histórico, quiere decir que “el ciudadano no ha entendido la medida” y que se ha “alejado” del casco histórico. Poco después apunta que “en crisis” hay que “potenciar el acceso de los distintos medios de transporte al Centro”. De nuevo, como en el debate del PGOU, la situación económica se sitúa como escudo de cualquier decisión: ¿Se debe potenciar el acceso en vehículo privado al casco histórico de una ciudad?

Las cámaras. El informe suena más a lo que realmente es: una justificación para tomar una medida para la que el PP no ha encontrado el consenso que esperaba. Hay un sector que rechaza la libre circulación por el casco histórico. Y a él va dirigido el mensaje de que el sistema no funcionaba. Igual que hay un amplio sector de la población que rechaza el plan del Centro y a él iba dirigida la paralización de las multas en periodo electoral por parte del gobierno anterior. Pero que no se pongan multas por exceso de velocidad en una autopista no quiere decir que sea negativo que haya una limitación.

fjalonso@correoandalucia.es

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