Ambiente en el centro. / Manu R.R. (ATESE) A las seis de la tarde, los aparcamientos públicos de la Magdalena y la Plaza del Duque colgaron el luminoso de completo y las colas de los coches esperando a que se quedara un hueco libre obligaron a practicar cortes puntuales de tráfico en los accesos al Centro por Reyes Católicos y la calle Calatrava, además de que la Policía Local tuvo que regular el tráfico en la Avenida de Roma por la afluencia de coches para acceder al parking de la Puerta de Jerez mientras las riadas, en este caso de peatones, hacia la Encarnación también obligaron a cortes intermitentes del tráfico en la Puerta Osario y el Metrocentro limitó su recorrido a la Puerta de Jerez. El Centro registró un lleno total en lo que a gente en las calles se refiere. Las tiendas, que abrieron ayer tras el cierre del viernes festivo y volverán a hacerlo este domingo, confiaban por la mañana en que el consumo parece que empieza a animarse, explicaban las dependientas de tiendas como Lefties y algunas perfumerías que repartían folletos a la puerta con las ofertas. No todos los que ayer pisaron el Centro se convirtieron en clientes pero los comerciantes saben que el trasiego de gente en la calle siempre puede traer más posibilidades de negocio que cuando no hay nadie. Y en ese trasiego se notaba una alta presencia de turistas, especialmente nacionales, responsables de las largas colas a las puertas de los principales monumentos de la ciudad y también de otras colas, las de las administraciones de lotería, incluso más allá del Centro en barrios como Triana. Junto a éstos, el público que ayer abarrotó el Centro era fundamentalmente de dos tipos: padres solos que aprovechan el puente para cumplir los encargos de los Reyes Magos en su misión de pajes, o familias al completo que llevaron a los niños no solo para que disfrutaran de la decoración navideña, camellos y ponis de las Setas y la Alameda incluidos, sino para ver con ellos en los escaparates esos juguetes de nombre raro que los niños llevan días repitiendo como un mantra con el fin de que Sus Majestades no cometan luego errores imperdonables. Los juguetes para los niños son las primeras compras que se hacen. Lo gordo nos lo hemos quitado hoy, ya solo nos queda algo para la pequeña, relataba un matrimonio mientras compraba en Osorno los juguetes para sus tres hijos de 15 meses, cuatro y cinco años. Ayer se gastaron unos 120 euros. Los regalos de los adultos, sin embargo, se dejan para última hora. Consuelo llevaba varios paquetes pero eran para ella porque trabajo fuera y he aprovechado el puente. Con los Reyes aún no he empezado, pero vistos están, decía en la cola del 40 en la Plaza de la Magdalena. Y si no todos los que pisaron el Centro compraron, lo que sí cayó casi seguro fue un café o refresco, a tenor del completo de las terrazas de la Avenida.