Local

El Centro evitó las inundaciones por el pozo de tormentas

El tanque de la Alameda, de 30 metros de profundidad, se activó siete veces y una de ellas se llenó al 105%

el 13 mar 2010 / 20:33 h.

TAGS:

El tanque de tormentas de la Alameda se construyó en la antigua estación del Metro.

La primera temporada de lluvias del tanque de tormentas de la Alameda ha sido la más larga y fuerte de los últimos años, con más de 758 litros por metro cuadrado recogidos que dejaron picos, de hasta 20 litros por metro cuadrado en sólo una hora, el pasado mes de diciembre. Pese a las crecidas del Guadalquivir y a los desbordamientos del arroyo Tagarete, la red de canalizaciones y colectores ha resistido. Emasesa lo atribuye, además de a la limpieza frecuente de toda la red, a la puesta en funcionamiento de los tanques de tormentas. Los dos existentes -el citado de la Alameda y el de Dos Hermanas- tuvieron que ser activados durante una docena de días y durante una jornada, el 21 de diciembre de 2009 -el día más lluvioso de toda la temporada-, tuvieron que vaciarse por completo tras rebasar su capacidad.

Un tanque de tormentas es un gran depósito de agua, de unos 30 metros de profundidad en el caso de la Alameda, que se activa sólo cuando la red de alcantarillado y los colectores se colapsan por las lluvias. En ese momento el agua se almacena en estas instalaciones, que posteriormente se van vaciando poco a poco, cuando las tuberías ya se han vaciado. Esto evita que toda esa cantidad de agua, desbordada, cause inundaciones.

El ubicado en el bulevar, aprovechando lo que debía haber sido una estación del Metro, está situado en la zona más baja del Centro de la ciudad, que según Emasesa se habría anegado por las fuertes lluvias de no haber sido por esta infraestructura.
El primer día que se abrió fue el 16 de diciembre, para llegar cinco días después a su récord: se llenó en un 105%. Había en ese momento almacenados más de 15.000 metros cúbicos de agua de los saturados colectores que ocuparon los 30 metros de profundidad de la instalación. Durante los dos siguientes días el pozo tuvo que volver a utilizarse, aunque sólo se llenó en una tercera parte. Ya este año, ha tenido que activarse en tres ocasiones: el 3 y el 4 de enero, y el pasado 6 de marzo, cuando se llenaron tres metros y un 13% de la capacidad total del recinto.

Mucho más uso ha tenido el tanque de tormentas de Dos Hermanas, que se ha activado en nueve ocasiones, con el citado 21 de diciembre como el punto culminante: con un 105% de ocupación. En este caso, al ser una instalación de menor tamaño, hasta en cuatro ocasiones se quedó a la mitad y en el resto se tuvo que usar hasta una tercera parte de la infraestructura.

Aunque Emasesa subraya que la red de alcantarillado y de colectores ha funcionado adecuadamente durante estos meses de lluvias, tiene en marcha otros dos tanques de tormenta que blindarán a la ciudad ante posibles inundaciones en la red de canalizaciones en torno al Tamarguillo. Los dos proyectos ubicados en esta cuenca ya están en manos de la Agencia Andaluza del Agua, aunque su elevado coste, más de 30 millones de euros, ha dejado sus diseños aún pendientes de ejecución. En total deben generar una capacidad de 70.000 metros cúbicos.

El primero de los proyectos se ubicará bajo una zona deportiva de la Avenida de Kansas City. Tendrá un volumen de explotación de 41.000 metros cúbicos y una capacidad total más amplia, de 63.300 metros cúbicos. Más pequeña es la segunda de las instalaciones diseñadas: el tanque ubicado en el entorno de Alcalde Luis Uruñuela, con una capacidad de explotación de 28.000 metros cúbicos y un espacio total de 36.400. En total, las dos instalaciones requieren una inversión de casi 30 millones. Estas dos infraestructuras, pendientes aún de los detalles y del plazo de inicio de los trabajos, tendrán en obras durante 18 meses las zonas afectadas.

400 euros de inversión. Estas inversiones vendrían a completar un proceso de adaptación de la red de alcantarillado y de saneamiento de la ciudad ante las lluvias que, según los datos facilitados por Emasesa, han supuesto una inversión de alrededor de 400 millones de euros a lo largo de la última década.

No se dedican sólo a las grandes infraestucturas como los tanques de tormentas, sino también a una "conservación y revisión constante de colectores, ovoides, redes secundarias y pozos de registro", explican fuentes de Emasesa. "Sabemos los puntos donde las cuencas entran en carga y, en los que dan más lata, se refuerza la limpieza. La lluvia suele coincidir con la caída de la hojarasca, que obstruye las redes de saneamiento".

En El Cerro del Águila, por ejemplo, ha sido una estación de bombeo la que ha zanjado las inundaciones que hace sólo unos años anegaban el barrio a las primeras de cambio. El problema en la zona era que todas las redes subterráneas estaban en pendiente, dirigidas hacia el mismo colector, en la calle Aragón, con lo que al llover era tal la avalancha que se llenaba y no era capaz de asumir más agua. Ahora, un motor permite bombear hacia un colector auxiliar, lo que ha permitido reconducir las corrientes y evitar que los vecinos del Cerro, Padre Pío o la Ronda del Tamarguillo tengan que achicar sus sótanos.

Pero los técnicos también advierten: las trombas de agua siempre provocan problemas: "si en una hora caen 30 o 40 litros por metro cuadrado, algún problema se va a crear. Y desde luego, no hay tubería que aguante 60 litros por metro cuadrado".

  • 1