Mientras en la Catedral se oficiaba la misa en honor a la Inmaculada, en el otro extremo del Centro, en la Alameda, se respiraba ambiente cofrade, pero con cierto regustillo navideño. En el paseo 70 bandas de toda España se preparaban para llenar las calles del Centro de sones procesionales en un desfile como colofón al II Congreso Nacional de Bandas de Música Procesional Ciudad de Sevilla . Los sevillanos respondieron echándose a la calle ya fuera para ver a las bandas o, simplemente para disfrutar de un paseo en familia.
La imagen era más que curiosa y no era de extrañar que más de uno preguntara "niño, qué procesión sale hoy" al ver a tanto músico uniformado por el Centro. "Es que los he visto esta mañana temprano por las setas y le pregunté a uno, como siempre están saliendo", decía una mujer a otra mientras esperaban que pasara ante ellas la siguiente banda. Y es que el zumbido de los tambores fue un auténtico reclamo para locales y visitantes, que no daban crédito a tanta banda procesional en plenas fechas navideñas. "Es increíble" decía una mujer que intentaba sortear la bulla en plena plaza del Duque.
Las 70 bandas que participaban desfilaron desde la Alameda hasta la plaza de la Encarnación, pasando antes por el Duque, Campana, Tetuán y Plaza Nueva. Allí la corporación municipal, con el alcalde, Juan Ignacio Zoido, al frente seguía con detenimiento la procesión desde una grada que se habilitó justo frente al edificio del Ayuntamiento. Junto a ellos, el portavoz del grupo socialista, Juan Espadas, que tampoco quiso perderse el desfile. Ni ellos ni miles de sevillanos, que llenaron las 4.500 sillas que se habilitaron en algunos puntos del recorrido. Y si no había ya para sentarse, se improvisaba. Eso es lo que hicieron Antonia y Dolores que desde la parada del 14 en la plaza del Duque siguieron con comodidad el discurrir de las bandas. "Vengo desde Aznalcóllar para verlas. He llegado a las ocho de la mañana porque como es festivo el siguiente autobús sale a las once y a esa hora ya casi me lo perdía", explica Antonia, a la que no le pesa nada el madrugón que se tuvo que dar ayer.
En cambio, Dolores, sentada a su lado, no sabía nada del desfile. "Fíjate, que soy de Sevilla y no sabía nada, pero he visto a las bandas y me he quedado a verlas. Ella me lo ha explicado", señala. "¿Sois amigas?", a lo que responde "que va nos acabamos de conocer aquí sentadas, pero ella me está empapando de todo". Mientras de fondo comienza a escucharse el famoso villancico 25 de Diciembre, "fun, fun fun", replica la multitud mientras los pies siguen el ritmo.
Y es que marchas procesionales no fue lo único que se escuchó a lo largo del extenso y cansado recorrido (mientras las primeras bandas ya estaban bajo las setas, las últimas aún estaban saliendo de la Alameda y enfilando Trajano). ¿Se imagina una entrada en Campana al ritmo de Europe? Pues ayer se pudo ver, mejor dicho oír, gracias a Las Cigarreras; o escuchar el A mí Manera que tocó por la plaza Nueva la banda venida desde Murcia.
Música, buen tiempo, festivo, entre otros elementos, que hizo que ayer el Centro estuviera a rebosar en esta recta final del largo y extraño puente de esta semana. Muchos salieron a tomar una "cervecita" lo que hizo que en lugares tan típicos de esta tradicional costumbre, como El Salvador, no cupiera ni un alfiler. Las terrazas estaban llenas y también los pocos comercios que ayer se decidieron abrir sus puertas. Eso sí, la feria de los belenes, en la plaza de San Francisco, y los puestos de artesanía y productos típicos, en la Encarnación, animaron a más de uno a aprovechar el día festivo para hacer alguna compra que otra. "Hemos salido a comprar cosas para el Belén y nos hemos encontrado el desfile, así que viviendo en el Centro, pues nos hemos echado a la calle", explica Ana, Pedro y Pedrito, que estaba disfrutando "de lo lindo".
Datos positivos. Gente por todas partes y en la Encarnación una imagen que hacía años que no se daba. Niños jugando, otros montados en la mini noria, mientras otros se daban un paseo en poni por dos euros. Y es que bajo la sombra de las setas se unieron ayer diversos actos, además de ser el lugar del cierre del desfile, como la inauguración de un nuevo restaurante en la parte superior, una exposición en el Antiquarium o el ya citado mercadillo navideño en el que se puede comprar desde una artesanía hasta anchoas del Cantábrico.
"La climatología nos está ayudando mucho", decía ayer el presidente de los hosteleros, Pedro Sánchez Cuerda, que hace un balance "muy positivo" de la primera parte del puente, en gran parte, "gracias a la Copa Davis, pues los coletazos han llegado hasta estos primeros días porque mucha gente se ha quedado para conocer Sevilla". Sánchez Cuerda cree que "aún es pronto" para adelantar dato, pero tiene "muy buena percepción de los resultados", que espera que se mantenga hasta el domingo "porque las previsiones meteorológicas son buenas y eso nos ayuda porque hace que la gente salga". Otro elemento que el presidente de los hosteleros cree que influye es la iluminación navideña porque "hay mucha gente que ya sale a pasar el día y ver por la tarde la iluminación".
Con él coincide el presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro, Enrique Arias, que cree la "preciosa iluminación navideña" hace que mucha gente que vive "en otros municipios vengan al Centro a verla y ya compran". De hecho, el balance que los comerciantes hacen de esta primera parte del puente es que las ventas "han aumentado un 35% con respecto al año pasado", siendo también "muy optimistas" para esta segunda parte que resta. Para Arias, además de la iluminación la recuperación de la zona de la Encarnación "ha sido también fundamental", así como "la derogación del Plan Centro y el hecho de que Tussam haya acercado algunas líneas a la Magdalena y al Duque". Unas perspectivas que parece que no hará necesario adelantar las rebajas, aunque reconoce que gran parte de este éxito se debe "a los descuentos importantes que se están ofreciendo".
Los que aún no lanzan campanas al vuelo son los hoteleros, aunque el gerente de la asociación, Santiago Padilla, afirma que sus previsiones son de "un 60% de ocupación", que se ha visto elevada al 70% durante la Davis.
