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El cerco policial contra la movida cierra 11 bares en Alameda y Arenal

Los locales fueron precintados el viernes y el sábado por dejar beber en la calle.

el 22 dic 2014 / 08:00 h.

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Sevilla 21 12 2014: Bar precintado por la policia.FOTO:J.M.Paisano Letrero en el Corral de Esquivel, uno de los bares precintados el sábado por la noche en la Alameda. / J. M. Paisano Tras la Operación Alfalfa, en la que la movilización vecinal motivó el blindaje policial de la calle Pérez Galdós y el cierre de algunos bares, este fin de semana el Ayuntamiento ha decidido aplicar rigurosamente la ley antibotellón en otras dos arterias principales del ocio nocturno en el Centro:el Arenal y la Alameda. Así, fuentes municipales confirmaron que el viernes fueron precintados seis locales en el entorno de la calle Arfe y el sábado otros cinco en la Alameda, en todos los casos por incumplir la ley al permitir a sus clientes beber en la calle y «siempre respondiendo a denuncias vecinales». El eterno conflicto entre el derecho al descanso de los vecinos y la cultura del ocio y disfrute en la calle, especialmente arraigada desde que ya no se puede fumar en los bares y en una ciudad donde las temperaturas invitan a vivir en la calle, resulta tan complejo que ningún alcalde ha encontrado hasta ahora la fórmula mágica más allá de oleadas puntuales ante las que cabe preguntarse por qué se ha actuado ahora y no cualquier otro fin de semana. La respuesta varía según se hable con los vecinos, que aluden a que «el clamor popular» ha obligado al Ayuntamiento a movilizarse, o con los propietarios de los bares cerrados, quienes apuntan a una medida «electoralista» que busca congraciarse con los vecinos denunciantes para captar votos a cinco meses de los comicios municipales. En el Arenal, los agentes precintaron bares como El Gallo Negro, Magallanes o La Boheme, cuyos responsables se reunirán hoy para pedir un encuentro con el consistorio. Se quejan de lo «desproporcionado» de la medida que, sin apercibimiento o sanción previos, llevó a los agentes a cerrar uno por uno los bares de Arfe a las 21.00 horas de un viernes prenavideño de gran negocio. El precinto es un cierre sin fecha fija. Los bares no podrán volver a abrir hasta que los inspectores de Medio Ambiente lo determinen (normalmente dura menos de un mes) e implica además una multa, si bien la cuantía aún no les ha sido comunicada. El Arenal no es una zona cualquiera en lo que a la movida se refiere. El presidente de su asociación de vecinos, Antonio Fernández, ganó en 2002 una sentencia en los tribunales que condenaba al Ayuntamiento por dejadez de funciones en el control de la movida en el barrio. A raíz del frente originado en la Alfalfa, la asociación alertó de que la sentencia no se estaba cumpliendo y amagó con acudir al Tribunal Europeo de Estrasburgo. Desde entonces, la asociación ha mantenido tres reuniones con responsables municipales exponiendo sus quejas y arrancó el compromiso de un aumento de vigilancia llegando a realizar una «actuación contundente» si se detectaban incumplimientos. Tras la operación del viernes, desde la asociación se mostraron «francamente contentos y satisfechos de que por fin se está haciendo algo». «No queremos el cierre por el cierre sino que se cumpla la ley con aquellos bares que fomentan beber en la calle o dejan las puertas abiertas de par en par», esgrimen. Desde los bares critican «la desigualdad» en la aplicación de la norma y que no se exija a todos que cumplan por igual. Los del Arenal miran al cercano Paseo Colón donde «nunca se actúa y no se puede ni andar por la acera» y alegan que sus negocios no pueden competir si sus clientes no pueden beber en la calle y a unos metros hay bares donde sí pueden «porque a la gente le gusta beber en la calle, eso es así». En la Alameda, los agentes actuaron el sábado al filo de la medianoche en locales como El Corral de Esquivel, que tiene licencia para veladores, donde se puede consumir hasta las 23.30 (a esa hora la reciente ley de veladores obliga a empezar a recogerlos). Según el cartel colgado en la puerta del establecimiento, la Policía Local procedió al precinto a las 23.45 horas porque había clientes bebiendo de pie. Tanto unos como otros recuerdan también que detrás de este sector hay cientos de empleos, más en estas fechas de gran negocio.

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